AS (Las Palmas)

Federer en diez voleas

Miles de fotos componen el puzle de la carrera de Federer, que con 41 años deja el tenis. Pero algunas condensan hitos de su carrera, bien en lo deportivo o bien en lo sentimenta­l. Del irascible chaval de la coleta al exquisito gentelman. Del título en Mi

- JESÚS MÍNGUEZ / MADRID

Roger Federer se marcha tras 24 años como profesiona­l. 103 títulos, entre ellos 20 Grand Slams, y una rivalidad eterna con Rafa Nadal y Novak Djokovic son su legado.

Su debut ATP con 16 años

■ Federer disputó su primer partido en el circuito ATP en Gstaad (Suiza), el 7 de julio de 1998. Tenía tan sólo 16 años. Perdió (era el 702º del mundo por entonces) contra el argentino Lucas Ker (88º). Hubo que esperar dos meses para que ganara su primer partido, en Toulouse contra Guillaume Raoux. En febrero del 2001 levantó su primer título. En Milán (en la foto). Tenía 19 años.

El chaval de la coleta

■ El suizo ha ido evoluciona­ndo durante su carrera. En Master, la biografía de Chris Clarey, se le describe en su juventud como “desordenad­o” y “noctámbulo”. Recuerdan sus técnicos que se le olvidaba ir a entrenamie­ntos y cuando se enfadaba rompía raquetas en Biena, el centro de entrenamie­nto de la Federación Suiza. Después se disciplinó, se creó una imagen propia con la coleta del inicio de su carrera, templó sus formas y ha acabado convirtién­dose en un ejemplo de educación.

Amor y medalla en los Juegos

■ Federer, por entonces con solo 18 años, conoció a Mirka Vavrinec (22) en la competició­n de tenis de los Juegos de Sídney 2000, que jugaron los dos. Ella, de origen eslovaco, defendía también a Suiza. En la Villa fue su primer beso y nunca se han separado. Jugaron juntos un dobles mixto en la Copa Hopman 2002 y ella dejó pronto el tenis para convertirs­e también en su relaciones públicas. Tienen cuatro hijos: dos gemelas (Myla Rose y Charlene Riva) y dos gemelos (Leo y Lenny). En el debe de Federer está no lograr el oro olímpico. Lo fue en dobles con Wawrinka en Pekín 2008 y plata individual en 2012.

Su primer Grand Slam

■ Wimbledon ha sido el patio de recreo de Federer, el teatro donde ha protagoniz­ado sus grandes obras. El primero de sus ocho triunfos, y el primero de sus 20 Grand Slams, llegó en 2003 cuando derrotó a Mark Philippous­sis (7-6, 6-2 y 7-6). Dos años antes, se había presentado al mundo venciendo en cinco soberbios sets a Pete Sampras en octavos. El estadounid­ense tenía ya siete Wimbledon. El relevo estaba servido.

La batalla de las superficie­s

■ El partido más loco, por lo extraño, que ha disputado Federer tuvo lugar en el velódromo de Palma de Mallorca contra Nadal. Fue en mayo del 2007 y ganó el español en una superficie mitad hierba (Wimbledon) y mitad tierra (Roland Garros). Una pista endiablada ideada por el publicista argentino Pablo del Campo y merced a los 1,2 millones de euros que puso sobre la mesa el Gobierno Balear.

Un único Roland Garros

■ Tres finales seguidas perdidas contra Rafa Nadal eran como tres puñales en el corazón del suizo, empeñado en ganar los cuatro grandes pero frustrado una y otra vez por un gigante en la antítesis de su tenis. En 2009, el sueco Robin Soderling eliminaba a un Nadal muy tocado de las rodillas en octavos y la puerta se abrió para Federer. Con su única victoria en la tierra de París en 19 participac­iones, cerraba el círculo sagrado del Grand Slam. El helvético, de no haber tenido a Nadal enfrente, podría haber ganado más títulos sobre la tierra parisina. Cierra su carrera con 11 títulos en arcilla y un 76% de victorias.

Campeón de la Copa Davis

■ Todos los grandes campeones ansían completar su palmarés con la Davis, el mundial por países. Federer entendió en 2014 que con Stan Wawrinka al lado podría ser su año. Antes, se había visto demasiado solo. Se comprometi­ó y en Villeneuve-d’Ascq, frente a Francia, lograron levantar la Ensaladera. Una vez saciado su hambre, dio prioridad al circuito.

La resurreció­n inesperada

■ En octubre de 2016, con los dos golpeados por las lesiones, Federer bromeaba con Nadal en la inauguraci­ón de su academia en Manacor: “Estamos para jugar partidos benéficos”. El suizo había sufrido una lesión en su rodilla derecha ese curso. Pero en enero de 2017, estaban frente a frente en una de las finales más épicas del Open de Australia, que se adjudicó el de Basilea por 6-4, 3-6, 6-1, 3-6 y 6-3. Era 17º del mundo entonces. Lograba su 18º Grand Slam y después vendrían otros dos, el US Open esa misma temporada y Australia de nuevo la siguiente.

El dobles soñado

■ ¿Federer y Nadal en el mismo lado de la red? Sucedió el 23 de septiembre del 2017 en Praga, en la primera edición de la Laver Cup, la competició­n que enfrenta a Europa con el resto del mundo creada por el helvético. La competició­n elegida también para cerrar su carrera y para repetir ese dobles que es historia del deporte. Entonces, ganaron a Jack Sock y Sam Querrey por 6-4, 1-6 y 10-5.

La última final de un grande

■ Federer ha perdido 11 de las 31 finales de Grand Slam que ha disputado. Una contra Juan Martín del Potro, seis contra Nadal y cuatro contra Novak Djokovic. La última fue frente al serbio, en Wimbledon 2019, donde desperdici­ó dos bolas de partido: 7-6, 1-6, 7-6, 4-6 y 13-12. Un adversario que le ha derrotado en 27 de sus 50 confrontac­iones.

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