Tavares gana el pulso
El pívot es decisivo con 24 puntos, 12 rebotes, 5 tapones y 40 de valoración Quinta Supercopa seguida del Madrid
De la Liga a la Supercopa, tres meses de diferencia, el mismo color, el blanco, aunque ahora con un final mucho más incierto, porque hubo que exprimir el desenlace hasta la prórroga (89-83). Quinta victoria consecutiva en este torneo, algo inédito, para un Madrid que hasta 2012 no había visto el título casi ni en foto. El de este lo desniveló en el tramo vital un gigantesco Tavares, aún más imponente tras la eliminación de Vesely. El MVP acabó con 24 puntos (7 de 11 de dos y un fantástico 10 de 11 desde la personal) más 12 rebotes y 5 tapones para 40 de valoración, récord histórico del torneo (34 Tyrese Rice en 2016). A su lado, Musa con 19 tantos, gran generador del equipo. Y Deck con 15 y decisiva presencia en pista (+23), incluido su cara a cara atrás con los bases. Y, por supuesto, Llull y las rachas desfibriladoras, la del tercer cuarto obró la remontada con un 15-0 para dilapidar el +12 culé: 33-45.
El héroe caído fue Laprovittola, que estableció la mejor marca de asistencias de la competición con 14 (una más que todo el Madrid), muchas para Sanli, que se fue hasta los 21 puntos con un comienzo fulgurante para acabar viendo cómo la gloria abrazaba a Tavares. La derrota azulgrana quizá sea menos amarga, porque no tenía a Mirotic y prescindió de Higgins por andar lejos de su mejor versión. Y porque tras el pulso hercúleo Jasikevicius tuvo asidero al que agarrarse, el de las personales señaladas, 13 más a favor del ya campeón, 14 a 27 después de percutir más. Muchos detalles, como los rebotes (46 a 34), y un margen de crecimiento holgado para ambos.
La puesta en escena nos dejó el acelerón de Sanli, autor de los 11 primeros puntos del Barça. Gran demarraje el suyo frente a Tavares y, sobre todo, del mago Laprovittola, que era el que de verdad generaba las ventajas. El Madrid dominaba lo físico, pero pasó del 17-15 al 29-37. Le faltaba claridad y algo de genio, sin cometer una personal hasta el segundo cuarto. Y le faltaba puntería.
En el Barcelona, bien Abrines, Kalinic y Vesely entonces, y rompedor Kuric. Más fluido el bloque y más veloz. Cuando Sanli pegó su segundo sprint, amagó con quebrar la batalla: 33-45. Quedaban 17 minutos y, más que eso, quedaba el Madrid. Si el año pasado fueron 19 puntos los que remontó, esta vez la ventaja culé de 12 tantos se había esfumado al final del tercer periodo. Lapro ponía el 40-49 a 3:57 de la bocina y de ahí en adelante, un ciclón: 15-0. Kuric fallaba y luego dudaba, y los errores daban alas al adversario, a Llull, que encadenó dos triples y añadió un tercero. El Increíble ponía en pie a la grada. Y Rudy, antes de lesionarse la muñeca derecha, elevaba el 58-51. El Barça no estaba muerto… ejercicio de funambulismo. Del empate a 59, al 71-71 que Deck no pudo romper. Prórroga, en la que se mantuvo el guion. Ahí Tavares se hizo gigante y se desquitó de Sanli para redondear una tarjeta alucinante. Y Deck remató con rebotes y desde la personal, y toda su impagable defensa. Lapro no se bastó. Igualó a 81 y marró el triple que hubiera puesto a los suyos por delante. Deck a la línea para atarle el lazo al trofeo. Chus Mateo se estrena con buen pie, apenas un pasito, esto es muy largo.
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Reacción Llull lidera la remontada blanca del tercer cuarto con un 15-0