“No me querría enfrentar a la defensa de España”
La Selección está virtualmente clasificada para el Mundial 2023 tras ganar en un ‘thriller’ a Italia este viernes en Pésaro. Y gran culpa de ese triunfo fue de Alberto Díaz (Málaga, 1994), que se elevó a ‘estrella del rock’ para los aficionados por su pap
Alberto Díaz (Málaga, 1994) es uno de los pilares de la actual Selección. Clave en defensa, la popularidad el base del Unicaja, 1,90 m, creció de manera notable en el Eurobasket, donde España se colgó su cuarto oro continental por, en gran parte, su culpa. Este viernes frente a Italia, volvió a ser capital para obtener un triunfo que deja a la Selección virtualmente clasificada para el Mundial 2023. Mañana, contra los Países Bajos (20:30, Tdp) en Huelva, el billete puede ser matemático.
—El 18 de septiembre gana el oro en el Eurobasket, una par de semanas después empieza el curso con el Unicaja y, ahora, las Ventanas… ¿cómo está?
—De momento, estoy bien (ríe). Es un calendario muy apretado. Hace nada estábamos en verano compitiendo y, ahora, de nuevo, con la Selección. Al final esto es bonito, ilusionante y me encuentro bien tanto física como mentalmente.
—De eso quería hablarle, ¿cómo se adapta uno mentalmente a tanta presión sabiendo, además, que solo es el principio de la temporada?
—Es complicado, pero al final lo tratas de manejar de la mejor manera posible. Esto es lo que nos gusta y bienvenido sea este estrés y este cansancio.
—¿En quién se apoya para paliar ese estrés?
—Siempre tienes el núcleo familiar, pero también el del equipo. Tengo la suerte de estar con Darío (Brizuela), que también ha vivido lo mismo.
—Vayamos al Eurobasket, ¿está el oro a buen recaudo?
—La medalla está bien guardada. La tengo en una vitrina en casa, con el resto de cosas que he recopilado estos años.
—Fue uno de los grandes focos de atención del campeonato, ¿cómo se lo tomó?
—Bien. Ese foco fue positivo. Es de agradecer. Tuve unos compañeros muy buenos, que confiaron en mí desde el primer momento. Es verdad, que con tanto medio ellos te centran y no me afectó en nada ese boom
mediático que hubo.
—Deportivamente, le daría un plus, ¿no?
—Sí, evidentemente te hace mejorar como jugador y como persona. Te hace pensar que sigues teniendo nivel.
—¿Le cambia algo el halago?
—Creo que no. Sigo igual que siempre, en mi mismo club, con mis amigos y mi familia. Gracias a Dios estoy en casa, en Málaga, y me muevo en el mismo círculo. Y lo agradezco: al final es bonito y positivo que se
reconozca tu trabajo, pero me considero la misma persona que antes.
—Sus amigos, su familia, le mantendrán a raya…
—Sí, sí, cuando me ven un poco arriba, me dan un toque de atención. Se lo agradezco.
—La defensa siempre ha sido uno de los grandes sellos de esta Selección. ¿Cómo se adaptan a tantos cambios, tan rápidos en cada partido?
—Es concentración. Sabíamos que no éramos ni los más altos ni los más fuertes ni los mejores técnicamente, pero teníamos que ser los mejores tácticamente y esforzarnos mucho:
todo el mundo dio un plus de concentración, sobre todo, para tratar de desquiciar al rival.
—La palabra clave es desquiciar.
—Sí. Muchas defensas, en momentos claves del partido. Ellos no sabían a qué jugar y nosotros lo aprovechamos muy bien.
—Partido tras partido, ustedes hacían variaciones defensivas que sus rivales veían y siempre me he preguntado, ¿por qué no las estudian para pararlos? ¿O no es tan fácil como pienso?
—No. No es tan fácil. Es más, yo como persona que hago esa defensa, le digo que es muy complicado. Son milésimas de
segundo, tienes que ver qué tipo de defensa hay, si engañan, si no, qué sistema jugar... Si fuera del equipo contrario, no me querría enfrentar a España porque hacemos tantos tipos de defensa que es muy complicado elegir el sistema adecuado. Es imposible leernos en ese aspecto.
—¿Qué importancia tiene Luis Guil (segundo de Scariolo) en todo esto?
—Mucha. Él es el que se desgañita en el banquillo. Tenemos unas directrices, pero vas con las pulsaciones muy altas y él es quien nos recuerda la defensa que tenemos que hacer. Es un pilar fundamental. Nuestro
Pepito Grillo.
—¿Qué significaría para usted jugar un Mundial?
—Mucho. Pero aún queda. No es algo que tenga en mente.
Foco “No me afectó en nada ese ‘boom’ mediático que hubo”
Mundial “Significaría mucho jugarlo, pero no es algo que tenga en mente”