El zoco del Mundial
Souq Wakif, en el centro de Doha, es el epicentro del torneo ● Miles de hinchas lo llenan cada noche ● Fue creado por beduínos en el siglo XIX
Como si se tratara de un gran carnaval, cada noche el zoco de Doha se llena de miles de aficionados de todos los países, hinchas ataviados con camisetas y banderas, venidos de todo el mundo, aficionados al fútbol que han encontrado su punto de unión en este laberinto de calles donde es posible cenar, tomar un té o hacer todo tipo de compras.
El fútbol ha colonizado por completo el zoco. A la sucesión de cánticos y debates entre hinchadas hay que sumar la venta de todo tipo de productos relacionados con el Mundial: camisetas, bufandas, gorros, turbantes y hasta chilabas con los colores de los países más significativos que disputan el torneo. Una marea de color y fútbol que invade el rincón con más historia de Qatar.
El zoco fue levantado por beduínos comerciantes a finales del siglo XIX. Al estar cerca del río, servía para intercambiar todo tipo de productos entre los que por allí pasaban. Sin ser excesivamente grande, sí se hizo célebre en Doha.
Con el desarrollo empresarial de la ciudad, empezó a caer en decadencia. En 2003 un incendio casi lo destruyó por completó. Por eso mismo, el Emir decidió restaurarlo solo tres años después. Mantuvo la misma esencia de siempre, aunque con materiales de nueva construcción. Con la concesión del Mundial por parte de la FIFA, Qatar revitalizó el zoco para convertirlo en uno de los ejes neurálgicos del torneo.
En una mesa de un restaurante comen unos tunecinos. Son siete. “Pasamos la fase de grupos seguro”, dicen. Enfrente hay argentinos, un par de matrimonios, hundidos porque pocas horas antes su equipo ha caído ante Arabia Saudí. No les ayuda que pase por la calle principal una batucada brasileña, conocida como Batuqatar, que está siendo una de las grandes animadoras de las calles estos días.
El cántico más famoso de los brasileños se está empezando a hacer viral: el ‘Messi Ciao’ en vez del ‘Bella Ciao’. Hinchas de otros equipos se unen al cantarlo y lo que durante dos siglos fue un lugar de comerciantes, de compraventa, se convierte en la fiesta del fútbol en Qatar, en el corazón de un Mundial tan diferente.
Gran ambiente La camaradería es muy grande y no ha habido problemas de ningún tipo
Lugar turístico Un incendio en 2003 lo destruyó, pero el Emir lo quiso rehabilitar