Mateo Alemany repite el discurso de García Pitarch
La figura de Marcelino es el bastión del actual proyecto
A10 días vista de que el Valencia de Marcelino García Toral eche a rodar, la plantilla sigue siendo prácticamente la misma. La única novedad que no se intuía hace un mes ha sido la venta de Mat Ryan. El resto, lo que se preveía: la no continuidad de Munir, Mangala, Mario Suárez y Siqueira, los traspasos de Yoel y Piatti, y el fichaje (no oficial hasta el 1 de julio) de Maksimovic. Mateo Alemany y Marcelino transmiten calma al respecto y piden paciencia, si bien, su problema es que llueve sobre mojado y la sensación de habitar en un bucle impera en el entorno blanquinegro. Además, sus palabras, su mensaje, el del director general, difiere poco o nada del que emitía hace un año García Pitarch, entonces director deportivo.
Los hechos consumados serán los que marquen las diferencias entre uno y otro proyecto. De primeras, en este sentido, el fichaje de Marcelino, que a día de hoy es el principal bastión al que agarrarse los aficionados, recibe un mayoritario respaldo social que no tenía hace un año la renovación de Pako Ayestaran. Pero en aquellas fechas Pitarch, como recientemente Alemany, venía a decir que el verano iba a ser largo, que había que esperar a que el mercado se moviera, que ficharían gente con “compromiso” o, entre otras cosas, que no iba a hacer falta traspasar futbolistas.
Pitarch, inclusive, dijo el día de la renovación de Ayestaran una frase similar a la que dijo Marcelino en su presentación: “Van a haber cambios sustanciales en la plantilla”. Y los
hubo, 21 operaciones entre entradas y salidas.
Pero entre diferencias de criterio entre técnico y director deportivo (caso Diawara), decisiones unipersonales de Peter Lim (caso Alcácer) y una pérdida de calidad (André o Mustafi)
no equilibraba con los refuerzos, la planificación llevó al Valencia a coquetear con el descenso y los hechos convirtieron en huecas las palabras veraniegas de Pitarch. Esas que ahora ‘repite’ Alemany y a las que sí espera darle sentido.