Enzo Ferrari gestó el ‘Alfetta’ F1 de Farina
‘Il Commendatore’ fue responsable de competición de Alfa Romeo
■ Causa-efecto. Ferrari nació de la mala relación personal entre el responsable de competición de Alfa Romeo (Enzo Ferrari) y su director técnico (Wifredo Ricart, ingeniero industrial español), una pareja que con el inestimable trabajo del genial diseñador Vittorio Jano había creado en 1937 el ‘Alfetta’, coche que ganó en Silverstone el primer GP de F1 y el Mundial de 1950 con Farina y el de 1951 con Fangio.
La marca, que se fundó en 1910 con el nombre de Anonima Lombarda Fabbrica Automobili (acróstico ALFA) y en cuyo escudo se simboliza la bandera de Milán y una serpiente gigante (il biscione) que devora una figura humana y que formaba parte del escudo de armas de la Casa Visconti, dominó con mano de hierro las dos temporadas iniciales de F1 con diez victorias, diez poles, trece vueltas rápidas, 21 podios... en trece carreras.
Enzo ya había abandonado la firma en 1939 para fundar la Scuderia, pero su decisión de mandar construir el germen del fabuloso 158, un V8 de chasis tubular de seis vigas y motor de 1.479cc que entregaba 350CV a 8.500 RPM, también llegó por un suceso. En el GP de Italia de 1923, Ugo Sivocci murió con el P1, orgullo de Alfa, y Ferrari sufrió una crisis que le hizo tomar el control total y rediseñar el coche que llevó al éxito en F1.
Como anécdota, decir que Sivocci llevaba en el coche un trébol de 4 hojas. Tras el fatal accidente, día que no llevaba el amuleto, Alfa decidió correr con la planta, pero en vez de ir en un rombo de cuatro vértices, el Quadrifoglio Verde estaría enmarcado en un triángulo. El vértice que faltaba sería para siempre Sivocci. Actualmente, el símbolo va adherido a los coches de alta gama. Romanticismo que no esconde que su regreso a la F1 en 1979, y hasta 1985, pasó con más pena que gloria, lo mismo que sus años como motorista que finalizaron en 1987.