El momento del cambio
Los resultados del deporte español se han mantenido con brillantez a pesar de la crisis y de la rebaja de las subvenciones, que viajaron de los 73,3 millones de 2009 a los 35,1 de 2013. ¿Pero qué pasará dentro de diez años? La respuesta a esta pregunta es una de las preocupaciones de la
ADESP, la asociación que agrupa a las federaciones, que en su corta existencia ya ejerce como el interlocutor del deporte ante la administración y los grupos políticos. La ADESP reclama más dinero, pero no con los vicios de la vieja escuela, mal acostumbrada a vivir de la ayuda pública y de la tutela del Estado. Lo reclama para poner en valor las bonanzas del deporte, señalado en las encuestas como el tercer sector mejor visto en el extranjero, tras el turismo y la gastronomía. En la previsión de Presupuestos de 2018, eso vale 54 millones. Más allá de poner la mano, la ADESP quiere liderar un profundo cambio del modelo, con nuevas vías de financiación como un porcentaje de las apuestas deportivas, que doblaría sus ingresos actuales, y con propuestas fiscales que animen a la inversión privada. La nueva Ley del Deporte es una oportunidad. También el estudio que se ha encargado a Deloitte, con el apoyo del CSD y LaLiga, para saber dónde está España con respecto a los países de su entorno. Las federaciones quieren también un Plan Estratégico para huir de esa incertidumbre que supone saber cuánto recibirán cada año del Consejo. Su programación deportiva se hace generalmente a cuatro años, el periodo olímpico, pero sus presupuestos son anuales. Es el momento del cambio. De nuevos aires. Y de apostar por los campeones de dentro de diez años.
“LA ADESP RECLAMA MÁS DINERO, PERO NO CON LOS VICIOS DE LA VIEJA ESCUELA...”