La hoja de ruta de Alonso y Toyota para Le Mans
Vienen semanas de carreras, eventos y test para el asturiano hasta la mítica carrera gala. “Si ganas, no hay bajón posible; si pierdes sí, te sientes miserable”, asegura Alex Wurz
Lo que Fernando está aprendiendo ahora en la pista es la parte más difícil”, confiesa Alex Wurz a As, campeón de Le Mans y expiloto de Toyota, mientras sigue los primeros kilómetros de
Alonso en las 6 Horas de Spa.
Se conocen desde hace muchos años, se admiran como pilotos y el austriaco asegura que después de kilómetros de test y simulador, al asturiano le queda la parte más intensa del aprendizaje: “En el WEC siempre estás adelantando coches, nunca llegas al mismo punto del circuito con la misma velocidad y tienes que saber improvisar. No de forma extrema como en los rallys, pero casi, la mentalidad es muy diferente y él lo está cogiendo”. Progresa adecuadamente Alonso en su otra faceta, la Resistencia, pero el calendario que tiene por delante será muy intenso para preparar el reto de Le Mans. Él insiste en que lo de menos son las carreras, el mayor desgaste se produce entre eventos y aeropuertos y de hecho ya el mismo sábado tras la carrera no pasó la noche en Bélgica: tenía un compromiso publicitario en la mañana del domingo. Aun así, desde mayo y hasta las 24
Horas de Le Mans (17 de junio) debe disputar los grandes premios de España, Mónaco y
Canadá y acudir al importante test de Toyota en el circuito de La Sarthe el 3 de junio. Un reto físico que tendrá su clímax en la mítica carrera. “Lo más difícil es correr contra tu reloj biológico, de noche, cuando una parte de tu cerebro pide melatonina para dormir y la otra, adrenalina para competir”, asegura
Wurz, quien no espera un
bajón tras disputarla: “Si ganas, tienes 64 días de euforia, no hay bajón posible. Si pierdes sí, te sientes miserable”.
No le gusta escoger a Fernando entre ganar Le Mans o el Mundial de Resistencia, pero tanto él como Toyota saben que harán historia juntos y por separado si vencen en Le Mans. Por eso consideran las 6 Horas de Spa como “un test
con puntos”, y por eso salen del trazado belga con la lección aprendida, a pesar del doblete: la penalización de la clasificación
en el coche 7 fue “un fallo
de papeleo” al registrar el número de la pieza en cuestión, cuentan, pero el error resulta imperdonable después de meses de trabajo y varios test preparando cualquier avería.
“Esto no puede pasar en ninguna carrera y menos en
Le Mans”, afirma Rob Leupen, director del equipo. Desde 2012, la mala fortuna o la falta de fiabilidad han castigado a Toyota en la carrera gala, ganar en 2018 y 2019 es una obligación y una obsesión. Ahora otro gran foco les vigila mientras el asturiano esté en su garaje, entiende Leupen: “Está creando mucho interés. Vemos los espectadores que ha traído al WEC. Eso es bueno para esta carrera, para Le Mans, para el Mundial y para Toyota”.