Preconcurso de acreedores en un Bilbao que agoniza
Tres meses para solventar deudas
EI Consejo de Administración del Bilbao Basket se reunió el lunes, tras consumarse el descenso, para analizar los pasos a dar y ayer acudió a Miribilla para tranquilizar a la plantilla, ante la enorme incertidumbre generada por la delicada situación económica (deuda con Hacienda de más de tres millones y sólo un mes de pagos en este 2018).
A la espera de si recupera plaza en ACB en los despachos, el club ha decidido entrar en preconcurso de acreedores, para ganar tiempo para negociar el pago de las deudas que arrastra. Debe ser convocado en el plazo de un mes desde el conocimiento de insolvencia de la sociedad. En la práctica, ofrece a la entidad tres meses para renegociar sus deudas con los acreedores. Es decir, el Bilbao Basket pactará de forma individual quitas y calendarios de pago con empleados y proveedores. El descenso matemático ahora permite tener hasta mediados de agosto para reordenar todos los problemas económicos.
El preconcurso evita que una denuncia por impagos obligue a declarar un concurso necesario que, dado el volumen de deuda y la ausencia de liquidez, podría llevar al administrador judicial, la persona que entraría en acción, a ejecutar la disolución del Bilbao Basket.
Mientras, la plantilla, hundida, sigue entrenándose. Mumbrú ha renunciado al homenaje que le quería dispensar el club por su adiós a Miribilla el domingo (el telón total caerá el 24 en Burgos): “He tenido una carrera en la que me ha tocado vivir lo mejor y también lo peor. Es una pena que lo peor haya llegado al final. Bilbao y Miribilla no pueden estar sin baloncesto”. Tiene firmados cuatro años en la entidad, se ha sacado el título de entrenador y se ofrece “para lo que sea”.