Pasión en Irán: 15.000 hinchas viajarán a Kazán
El fútbol actúa como un factor liberador en pleno Mundial
Irán atraviesa uno de sus momentos más felices gracias al fútbol. Contra Marruecos hubo 20.000 iraníes en las gradas y se espera que contra España haya 15.000. El fútbol se ha convertido en un elemento de cohesión para reclamar mayores libertades en la sociedad.
El fútbol ha conseguido unir a la población de Irán. Durante estos días sólo importa la selección nacional. La ciudad de San Petersburgo lo comprobó en el encuentro ante Marruecos: 20.000 iraníes acudieron al estadio. Una invasión que se repetirá este miércoles en Kazán, donde se enfrentarán a España. La capacidad del estadio es menor (42.873 espectadores frente a los 67.000 que tiene el de San Petersburgo), pero no importará: se esperan cerca de 15.000 aficionados de Irán.
“El mundo no se lo imagina, pero los iraníes son muy amantes del fútbol y estamos hablando de 80 millones de personas”, cuenta Oceano, segundo entrenador de Irán. Esta pasión por su selección va más allá del fútbol. Se ha convertido en una reivindicación social y las mujeres son el colectivo que mejor la representa. Entre el público femenino del país existe gran pasión por el deporte rey (la selección de fútbol sala se ha proclamado recientemente campeona de Asia), pero la ley prohíbe que acudan a los estadios en su país. Su única alternativa es disfrazarse de hombres, como hicieron cinco mujeres en Teherán el pasado mes de mayo (la imagen fue viral).
Sin embargo, esta restricción no traspasa fronteras y sí pueden acudir a los encuentros del Mundial, tal y como se vio ante Marruecos, donde hombres y mujeres animaron juntos a su selección. Las mujeres lo hicieron sin hiyab (el velo que están obligadas a llevar en su país) y con ropa de verano, la normal dadas las altas temperaturas que se registraron.
Esta pasión se trasladó también a Teherán, la capital del país. Las calles se abarrotaron y hombres y mujeres festejaron el triunfo hasta altas horas de la madrugada. Según cuentan muchos de los periodistas iraníes desplazados a Rusia, la población confía en que la apertura que se está produciendo estos días gracias al fútbol sirva para conseguir más derechos sociales en el futuro también dentro de las fronteras (Irán es una República Islámica y cuenta con un líder supremo con carácter vitalicio, el ayatolá Alí Jamenei).
En Irán los partidos los retransmite IRIB (Radiotelevisión de la República Islámica de Irán) y no se ven como en el resto del mundo. Hay censura. Las imágenes normalmente llegan a las retransmisiones de todos los países con siete segundos de retraso y en Irán añaden siete más para eliminar las imágenes ‘inapropiadas’ (principalmente de mujeres en la grada con ropa que ellos consideren inadecuada). Las sustituyen por otras que tienen de recurso.
Por tanto, esta libertad que vive la población iraní estos días en Rusia terminará cuando crucen la frontera. De hecho, en el avión de vuelta se anuncia por megafonía el momento en el que entran en suelo iraní. En ese instante, las mujeres vuelven a ponerse el hiyab y tapan su cuerpo. Cuando aterricen, no podrán ir al fútbol. Al menos de momento…
Mujeres En Irán no pueden acudir al fútbol, pero en Rusia sí pueden ir
Censura Las imágenes llegan con siete segundos de retraso