Con VAR y sin milagro
Irán casi echa a Portugal en la mala noche de CR7
Taremi tuvo la clasificación de Irán en el descuento. Su mano a mano contra Rui Patricio se estrellló en la red. Ahí quedaron las ilusiones de la selección de Carlos Queiroz, pero no su dignidad y su orgullo, la de haber enarbolado en Rusia la bandera de los humildes. Portugal acabó conservando el empate en un final de infarto y de VAR, como el que le dio a Irán la posibilidad de hacer el 1-1 cuando se llegaba al final, o a Cristiano de marcar el 2-0 y su quinto gol en el torneo nada más comenzar la segunda parte. Al astro portugués esta vez no le salió nada. Hasta pudo quedarse sin octavos si el árbitro paraguayo Enrique Cáceres, también previo VAR, hubiera apreciado agresión a un defensa iraní en una jugada que acabó saldada con amarilla. CR7 jugará los octavos ante Uruguay, el sábado... y bien que lo necesitará su equipo.
Porque Portugal volvió a ser ramplona, sin fútbol ni tampoco equilibrio, a pesar de una pequeña revolución emprendida por Fernando Santos, con tres cambios en el once titular: André Silva, Adrien
Silva y Quaresma por Bernardo, Guedes y un renqueante Moutinho. André, el delantero del Milán, para percutir y
Más vídeo Cristiano llegó a fallar un penalti y se jugó una expulsión más tarde
acompañar a Cristiano en el asedio. Y Quaresma para ampliar el campo. Esto último le salió bien al seleccionador. Irán contuvo a Cristiano pero se encontró con el otro gran genio del fútbol portugués durante la última década. Diestro con vocación diestra, el estético gol que Quaresma le marcó a Irán resume su carrera de genio osado: combinó con Joao Mario y desde la esquina del área la puso con el exterior en el palo más lejano al portero persa. Contra ocurrencias así no hay orden defensivo que valga.
Contra el VAR, tampoco. Volvió del vestuario Cristiano decidido a alcanzar a Harry Kane y lo pudo hacer con un penalti de esos que no se pitan sin repeticiones pero sí después de verlas. No era la noche de CR7 y lo falló: se lo paró Beiranvand.
La jugada y la necesidad espolearon a los iraníes. Azmoun se quedó a milímetros de rematar en boca de gol. Ghoddos lamió el poste y, en plena fiesta de colgar balones sobre el área portuguesa, el balón encontró una mano suelta de Cedric. Cáceres volvió a utilizar el vídeo y a señalar los 11 metros. Ansarifard convirtió el 1-1 para darle a España el primer puesto y Taremi casi completa el milagro dándole a Irán lo que habría sido una loca clasificación.