Malas señales de humo
Estadio Debe enorgullecer a todos los atléticos: es nuestra casa
La historia de un club, como la de cualquier familia o sociedad a lo largo de los años, va produciendo los cambios que los tiempos imponen, siempre y cuando la trayectoria de las mismas sea favorable y exitosa.
La historia de nuestro Atlético de Madrid se ha venido cumpliendo dentro de una hoja de ruta, atravesando en dicho discurrir los cambios de las localizaciones donde nuestro equipo ha venido jugando, siendo, si uno repasa dicha historia, todos los cambios para mejorar. La inauguración del antiguo Metropolitano, allá por el año 1923, fue todo un hito en la capital, desde entonces el Atlético obtuvo varios títulos de Liga en los años cuarenta y cincuenta y en el césped del Metropolitano jugaron todas las grandes figuras de aquellos años, algunas mundiales como Ben Barek, Marcel Domingo, Heriberto Herrera junto con otras grandísimas figuras nacionales como Collar, Peiró, Ufarte, Luis, Adelardo...
Siendo entrenador Balmanya, fuimos campeones de la liga en la temporada 1965-66, se decía entonces “en el mejor césped de España ganaron los de Balmanya”, igualmente nos estrenamos en la Copa de Europa y en la Recopa donde fuimos campeones.
Pasamos luego al Manzanares, después llamado Vicente Calderón, debido a los esfuerzos y desvelos de nuestro presidente para terminar su construcción, quizás Vicente merezca una placa en el nuevo estadio por la herencia que dejó. El Calderón está ya en nuestra historia y será siempre parte de nuestra leyenda, pero no conviene mirar permanentemente hacia atrás pues ello impide el lógico crecimiento y desarrollo.
Los actuales gestores del club, en algunas ocasiones criticados por el que suscribe este artículo, deben ser respaldados y apoyados en este nuevo cambio, que sin lugar a dudas será una nueva etapa que esperamos exitosa de nuestro club.
El Wanda Metropolitano debe de enorgullecernos a todos los atléticos, incluidos a los integrantes de Señales de Humo, salvo que el propio humo les haya cegado sus ojos. Ir en contra de la nueva instalación y luchar denodadamente con un afán que no se entiende, salvo que se quiera perjudicar el club, es un mal servicio para todos los que nos sentimos atléticos.
Hay que distinguir la crítica a una gestión, que se podrá estar de acuerdo o no, del hacer daño a la institución. A mi juicio, Señales de Humo se equivoca y marra en su disparo, pues todos los atléticos y sin que sirva de precedente apoyamos a la dirigencia actual en el cambio del estadio y nos sentimos ya en el nuevo Metropolitano como en nuestra casa.