Ángel y Jorge Molina le dan el triunfo al Geta
El Eibar tuvo ocasiones, pero no supo aprovecharlas
Si alguna vez tienen un problema llamen a Ángel Rodríguez. Volvió a la titularidad el nueve del Getafe y en un cuarto de hora demostró que no debe salir de ella. Mantiene su aura, su gol pegado al pie. Con una de sus definiciones preferidas, el golpeo desde la frontal del área, decidió un partido que seguramente no mereció su equipo, mejor en el arranque y sometido por completo en la segunda mitad, en la que se sostuvo más por el desacierto armero que por su solidez.
Los dos equipos evidenciaron estar lejos de lo que eran hace unos meses. El Geta ha perdido contundencia defensiva, y mucha, porque su mejor defensor, Djené, no está fino. Y el Eibar ha perdido pegada. El problema se ha trasladado de los delanteros a las bandas. Ahora lo que le falta es profundidad y buenos pasadores. Eso no le impidió generar peligro con centros, pero más a balón parado. En un córner tuvo el empate Sergi Enrich. Su cabezazo solo asustó, se fue fuera por poco.
Oportunidades. Eso fue en el inicio de un segundo periodo en el que los de Mendilibar lo hicieron todo menos el gol. La movilidad de Sergi Enrich y los centros de Jordán fueron un dolor de cabeza para los de Bordalás, pero Diop falló primero a diez metros de la portería y Charles la pifió al final cuando busco un incomprensible golpeo de exterior a bocajarro. Con el Eibar desfondado, Jorge Molina aprovechó para reivindicarse y sentenció el partido en la primera contra peligrosa de su equipo.