Marcelino, con el palo y la zanahoria
Marcelino ofreció ayer su primera rueda de prensa en 2019. Se le preguntó mucho por Batshuayi y Gameiro; algo sobre Chicharito, al que ningún guiño le hizo, más bien lo contrario; y poco sobre el Alavés, que no deja de ser su principal cometido. Fue entonces, al cuestionarle por la importancia del partido de Mendizorroza, cuando aprovechó para decir la frase que traía cocinada de casa, quizás desde Noche Buena, seguramente por lo vivido, visto, escuchado y leído tras el gol de Piccini. “El entorno está absorvido por la negatividad”, una frase que en el posterior brindis con los periodistas por el Año Nuevo remarcó con un “pido positividad y unión entre afición y equipo”.
De Gameiro y Batshuayi dijo el asturiano lo que tenía que decir y sin pillarse los dedos. A fin de cuentas los dos llegaron de su mano hace apenas cinco meses por 20 millones y sin ellos hubiera viajado a Vitoria con solo 14 jugadores de la primera plantilla. Lo de Gameiro y Batshuayi no es cuestión de comportamiento sino de rendimiento y eso tiene solución. Depende mucho de ellos y en parte de Marcelino. Con ellos se erró el tiro en verano, pero el mercado de enero ofrece pocos mejores que ambos. De hecho, seguramente hoy Batshuayi y Gameiro serían objetivo del Valencia si estuvieran en la situación de ahora pero en otros clubes.