AS (Levante)

¡¡¡Musho Ceballos!!!

- DESDE LA TELE TOMÁS RONCERO

El Madrid durmió en puesto de Champions, pero antes de esa falta mágica tirada por Ceballos parecía que de nuevo los de Solari iban a naufragar. El argentino echó atrás al equipo.

Con personalid­ad. Dani Ceballos es bético de corazón. Hasta la médula. Hace dos veranos llamó el Madrid a su puerta. Imposible decir que no. Eso sí, se encargó de dejar claro a sus agentes que el Betis debía tener la mayor compensaci­ón económica posible. De hecho, la cláusula de rescisión estaba fijada en 15 millones y finalmente el club verdiblanc­o cobró 16,5. Ceballos siempre habló con cariño y respeto de su pasado en el Benito Villamarín. Por eso, cuando en el minuto 73 y con todo en contra saltó a la que había sido su casa, le chocó que muchos de los 54.000 espectador­es le pitasen. No lo entendía muy bien. Yo tampoco. Rafa Gordillo, uno de mis ídolos en mi juventud, fichó por el Madrid en 1985 (junto a Hugo Sánchez y Maceda), y cada vez que volvía a Sevilla los béticos se volcaban con él. El caso es que en vez de agachar la cabeza y hundirse anímicamen­te, Ceballos sacó toda su personalid­ad y en esa falta en las postrimerí­as del duelo se pidió tirarla. Por encima de Sergio Ramos y Casemiro. “La tiro yo, dejármela”. Sabía que era la única posibilida­d de que el Madrid cantase victoria tras la táctica de la tortuga que Solari impuso en el segundo tiempo (todos dentro del caparazón). Ceballos miró, vio el ángulo y la puso junto al palo con una sutileza digna de un crack. Un gol de pillo, de jugón, de futbolista que creció en el barrio. Pidió perdón, buscando más la comprensió­n que le mantiene angustiado. El beticismo y él están obligados a entenderse. Este chaval tiene valor y buen corazón. Su único ataque al Betis ha sido este golazo que le dignifica como jugador del Madrid.

Solari, uffff. El gol del utrerano permitirá a Solari tener una semana tranquila, pero el resultado no debe esconder que en el segundo tiempo obligó a su equipo a ser infiel con su historia. El Madrid puede tener muchas bajas, encajar un gol ilegal y tener que empezar de cero y sufrir la rotura del meñique de su ariete estrella, pero jamás se acobarda ni se echa atrás. Ese fue el mensaje de Solari, pero por suerte esta plantilla campeona tiene hombres y no niños. Y dieron la cara. Los cinco de atrás se partieron el pecho para que el Betis, que juega bonito y con mucha posesión, apenas tuviese opciones claras de gol. El triunfo debe hacer reflexiona­r a Solari para no volver a jugar con fuego. Y que Isco no jugase ni un solo minuto confirma que ahí existe algo que no nos han contado. Si es algo personal, el argentino debería contárselo al aficionado. Isco se devalúa en el banquillo. No se entiende.

El VAR. El otro día fue Melero López. Esta vez ha sido Undiano Mallenco, de mal recuerdo para los madridista­s, sobre todo en los dos Clásicos de la Liga perdida con Ancelotti cuando estaba muy encarrilad­a. En la imagen se aprecia que, aunque sea por poco, Canales estaba adelantado. El linier acierta, pero el VAR dice que nones. Que gol. Está claro que el famoso VAR no tiene un idilio con el Madrid, para qué engañarnos.

El himno. Setién no termina de enamorar con su propuesta: mucha posesión, pero poca verticalid­ad y menos pegada. Eso sí, el Betis puede presumir de su maravillos­o himno. Cuando lo cantó todo el estadio a capella antes de empezar el partido, a uno le asaltó una reflexión: ¿cómo puede no gustar el Betis? Por cierto, Canales hizo un partidazo. Lástima que las lesiones impidieran que cuajara en el Bernabéu. Y Joaquín enorme, como siempre. Pero Dani Ceballos les chafó la fiesta...

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