Un Bayern en crisis visita a un Liverpool venido a menos
Van Dijk, baja importantísima para el equipo de Klopp
Existe en Europa un runrún que dice que el Bayern necesita renovarse y adaptarse a las nuevas formas del fútbol moderno, o más bien de su mercado, o morir. A la pareja Ribéry-Robben no le quedan demasiadas noches de fútbol al máximo nivel, y la primera parte de la eliminatoria hoy ante el Liverpool en Anfield es una de las mejores formas de medir cómo está el equipo sin ellos. Las ausencias además de Müller, sancionado para ambos partidos, y Boateng, con una gastroenteritis, dejan aún más mermado a un equipo que ya se ha visto desbancado en la Bundesliga.
Más allá de ellos lo que queda es un Lewandowski que ha salido de la fase de grupos como pichichi de la Champions (ocho goles), un Neuer que navega entre lesión y lesión y un James que hasta su propio entrenador admite que puede dar mucho más de lo que está dando.
Por suerte para ellos al Liverpool le falta el jugador que, a pesar de llevar un solo año en el equipo, se ha convertido en el líder de la plantilla: Virgil van Dijk. El defensa no podrá estar por sanción, un problema agravado por la lesión de Joe Gómez y la duda de Lovren, que no se entrenó ayer con el resto del grupo al igual que Firmino, lo que podría recolocar a Fabinho en el eje de la zaga.
Las bajas de ambos equipos tanto en ataque como en defensa pueden provocar tanto mayor contención por parte de ambos como mayores oportunidades para los titulares que sí que están. En cualquier caso, Anfield acogerá esta noche un partido que puede marcar la confirmación o no del Liverpool en la élite y la necesidad, más o menos imperiosa, de renovarse del Bayern.