La nueva aerodinámica no convence a los pilotos tras la cita de Albert Park
Se cumplía la primera vuelta del GP de Australia y ningún coche aparecía por la recta con opciones de intentar un adelantamiento. Las diferencias fueron siempre superiores al medio segundo en ese primer paso, cuando se suponía que todo debería estar más apretado. Quizás el circuito no sirva para sentenciar a la nueva aerodinámica ideada por Ross Brawn, pero sí puede decirse que con el cambio de reglas no sucedió nada que no se esperara.
El alerón delantero es más simple para generar menos turbulencias y facilitar los rebufos, pero la mayoría de equipos asegura que mantienen la carga aerodinámica de 2018. Sí puede suponer un avance el nuevo DRS, aún más ancho, por lo que el efecto debe ser más grande. Cuando le preguntaron a Hamilton si había notado diferencia, la respuesta fue cortante: “Ninguna. No”. Verstappen está de
acuerdo, aunque ve “positivo que haya mejorado el efecto del DRS, desde que se abre es más poderoso, aunque siguiendo a un coche sigue habiendo muchas turbulencias”. Hay diferencia de criterios entre quienes han ideado las
normas de 2021, los pilotos y los equipos. De este último estamento, sirve como ejemplo la visión de Tost, jefe de Toro Rosso: “No estoy seguro de que las nuevas normas ayuden al espectáculo con más adelantamientos. Para hacerlos más fácil, la velocidad en curva debería reducirse. Al igual que la carga aerodinámica para que, además de tener menos velocidad en curva, en las rectas sea más fácil coger el rebufo. Y también sería más larga la frenada, lo que daría más oportunidades, porque ahora se frena realmente tarde”.