La excelencia se convierte en coche
El Mercedes-Benz AMG GT utiliza el aspecto señorial de la marca para envolver tanta tecnología, calidad y prestaciones como para deslumbrar al conductor más exigente
Hay automóviles que deslumbran con sus cifras pero sobre todo enamoran con las sensaciones. En el Mercedes-Benz
AMG GT podríamos mencionar los cinco metros de longitud de su carrocería berlina de cinco puertas (aunque de aspecto muy coupé por la caída del techo en la zona posterior y las ventanillas sin marco), sus más de dos toneladas de peso, los ocho cilindros de su motor de gasolina, los 639 CV que entrega o las nueve marchas de su cambio automático. Sin olvidar, por supuesto, los casi 200.000 euros que cuesta sacarlo del concesionario.
Aunque más allá de la frialdad de los datos, por muy esgeneración pectaculares que resulten, lo realmente fascinante de este coche de prestaciones de competición vestido con un traje burgués son esas emociones que transmite cuando nos ponemos a su volante. Se descubre entonces el enorme potencial de este desarrollo realizado por AMG sobre la base de un CLS.
La versión 63 S 4Matic+ es la superior de la gama y sólo se puede decir que deslumbra en todos los sentidos. Semejante despliegue tecnológico se traduce en el resultado esperado al hacer de la conducción una experiencia realmente única. Es amplio y cómodo por dentro, un interior que llega a abrumar por la cantidad de elementos disponibles, la calidad de los acabados y una exhibición de soluciones de última que no es sencillo encontrar ni siquiera en otros modelos con este enfoque premium deportivo.
El AMG se puede conducir sin grandes problemas como cualquier otra gran berlina, incluso cuatro de sus ocho cilindros se desconectan para mejorar la eficiencia cuando es posible. Ahora bien, si lo que se busca es marcha y de la buena, desde luego que no decepciona. Sus prestaciones se revelan espectaculares (incluso demasiado para carreteras abiertas), su chasis parece inamovible y la transmisión total combinada con sofisticadas ayudas electrónicas permiten rodar a un ritmo endiablado con una percepción de seguridad increíble. Un lujo con mucha personalidad y que hace honor a su noble cuna...