Penitencia para Bale
El galés, que ha disputado únicamente el 36% de los minutos, y James jugarán en la fiesta mayor del Unionistas
Cuando hace siete años desapareció la histórica Unión Deportiva Salamanca se abrió una especie de guerra carlista entre dos aspirantes a los derechos dinásticos: Salamanca y Unionistas. Estos últimos tomaron la vía bohemia, asamblearia, ultrapopular, cooperativa, y acamparon en las afueras del Helmántico. De equipo de la ciudad a equipo de su gente. Y con su insólito plan fueron saltando de Provincial a Segunda B. La democratización de la Copa le pone ahora frente al Madrid, un club con cuyo presupuesto podría vivir 822 años.
Del partido apenas ha habido tiempo de hablar. El club emprendió, desde la mañana del sorteo, una carrera contra el crono para jugar en Las Pistas, su casa, un recinto con capacidad para 4.000 espectadores que puso en el mapa Javier Sotomayor porque allí batió el récord del mundo de salto de altura, el 27 de julio de 1993, registro aún en vigor. Conseguida la autorización, los 2.500 socios hicieron largas colas para conseguir sus entradas, por las que pagaron entre 20 y 30 euros. El resto abonó 60, un precio razonable para tal explosión de ilusión.
El duelo le viene a Unionistas en el mejor momento del curso. Tras perder diez de sus primeros catorce partidos, ahora lleva siete jornadas sin hacerlo y ha salido del descenso directo, aunque continúa en zona de promoción. El invierno se ha llevado a su goleador, David Grande, fichado por el Jamshedpur de la Superliga india, que dirige Antonio Iriondo, y le ha traído cuatro fichajes, entre ellos un portero veterano y con huella en Primera, Mario Fernández, ex de Racing, Osasuna y Rayo, y el último capitán de la Unión
Deportiva Salamanca, José Ángel. Los nuevos no jugarán hoy. El premio es para quienes trajeron al equipo hasta aquí. En la plantilla también está Cristian Portilla, para quien el Unionistas es su decimoséptimo equipo. Canterano del Racing, ha jugado en siete países y se sumó al programa Common Goal, impulsado por Mata, por el que dona el 1% de su sueldo a causas benéficas. Junto a él y otros veteranos también figuran ocho futbolistas menores de 26 años, algunos cedidos por clubes de superior categoría.
Jabi Luaces, su entrenador, vizcaíno y siempre ligado al fútbol vasco, ya estuvo al filo de una campanada copera hace nueve años. Dirigía entonces al Portugalete, de Tercera, en una eliminatoria ante el Getafe de Míchel. Empataron a uno en Vizcaya y a cero en el Coliséum. “Una vida de fútbol, una vida de equipo, una vida de trabajo”, es el lema que incluye en su biografía. En cierto modo, le cae como un guante a un club donde los socios, las bases, tienen la última palabra sobre todo.
Para el Madrid es un partido del que espera poca gloria, pero que le brindará a Zidane una de sus últimas oportunidades para una rotación extrema
Luaces El técnico ya estuvo a punto de eliminar al Getafe con el Portugalete