El Leipzig vuelve a bailar al Tottenham de Mourinho
El conjunto alemán gana con goles de Sabitzer y Forsberg
Jose Mourinho no se lo creía. Con las manos en los bolsillos y el rostro apagado contempló cómo el Leipzig de Julian Nagelsmann trituró a los suyos por segunda vez en cuestión de tres semanas. Fue una demostración en toda regla. De intensidad, de potencia, de entrega. Y le sirvió nada más y nada menos que para imponerse al Tottenham, finalista el año pasado, por 3-0 gracias a un doblete del estelar Sabitzer y otro tanto de Forsberg. Se mete en los primeros cuartos de Champions de toda su historia. Casi nada.
Los de Nagelsmann, que una vez más no pudieron contar con Dani Olmo, eran conscientes de lo que estaba en juego. Era un cita histórica y así salieron los toros rojos al césped del Red Bull Arena. Mordiendo. Los spurs se vieron arrollados en todos los aspectos. No pudieron contener el poderío físico de los alemanes en ningún momento y esa superioridad no tardó en reflejarse en el marcador. Werner le sirvió el balón al imperial Sabitzer en el borde del área y el austriaco lo mandó al fondo de la red con un derechazo que Lloris quizá habría detenido en un día bueno.
El martes no lo era. Para ningún activo del Tottenham. El exbético Lo Celso fue el único que llegó a poner a prueba a Gulácsi. Lo demás fue un monólogo de un Leipzig, que encontró en Sabitzer a su faro que lo guió a cuartos. El segundo, de Werner, fue anulado por fuera de juego, pero ahí estaba el astro del Leipzig para solucionar la papeleta. Centro de Angeliño desde el costado derecho, cabezazo seco de Sabitzer y la sentencia estaba dictada. Mou resignó en la zona técnica cuando Forsberg hizo el tercero instantes antes del final. Le había ganado la partida Nagelsmann. Aquel joven que tenía 16 añitos cuando ganó su primera Champions con el Oporto allá por 2004.
PSG y Dortmund disputan en el Parque de los Príncipes la vuelta de los octavos de final de la Champions League en un partido sin la magia característica de la Copa de Europa, ya que se disputará a puerta cerrada, y con varias bajas importantes, como las de Verratti por parte local y Reus en el visitante. El 2-1 no parece a priori un resultado difícil de remontar, pero las últimas experiencias de los galos invitan a lo contrario.
Para el PSG, no es un partido cualquiera. El conjunto parisiense busca evitar el cuarto batacazo consecutivo en los octavos de final de la Champions League, y con un Thomas Tuchel que se juega su puesto como entrenador. En caso de no pasar a la siguiente ronda, el alemán estará sentenciado y será destituido a final de temporada.
Por ello, el técnico del PSG volverá a utilizar el 4-3-3 (o 4-42, depende de la posición de Di María) que tanto rédito le ha
Tuchel El técnico se juega su futuro en esta eliminatoria de octavos