El Rayo cumple 96 años
El club franjirrojo se acerca al Centenario con el sueño de su octavo ascenso a Primera
Noventa y seis velas en la tarta y la misma ilusión por soplarlas que se respiraba en aquella reunión fundacional del 29 de mayo de 1924. Aquel día, a las 18:00, en el hogar de los Huerta, nacía El Rayo. Por entonces, pocos presagiaban la magnitud de ese proyecto. El club surgió fruto del sueño de un grupo de adolescentes que vivía en la calle del Carmen -—ahora, Puerto del Monasterio— y de la complicidad de la familia Huerta, especialmente de la matriarca, Doña Prudencia Priego, que les ofreció su domicilio como sede social, vestuario, almacén del material… A la vez que sus manos lavaban y remendaban las equipaciones.
El Rayo dio sus primeros pasos disputando trofeos en las fiestas de los barrios y creció con su participación en el Campeonato Obrero (31-36). Tras la Guerra Civil, se reorganizó e inscribió en la Federación Castellana. Después vino su etapa en Regional, Tercera… Hasta que, en la temporada 55-56, los ya franjirrojos ascendieron a Segunda y se adentraron en el fútbol profesional. La categoría de plata se convirtió en su hábitat hasta la 76-77, en la que los pupilos de García
Su primer presidente, Julián Huerta, era guardia civil. Compaginó ambas funciones hasta 1926.
Verdugo subieron a Primera. Algo que se ha repetido, con posterioridad, en seis ocasiones más: 88-89, 91-92, 94-95, 98-99, 10-11 y 17-18. Ahora, el Rayo sueña con hacerlo de nuevo. Tiene por delante once jornadas y media para meterse en puestos de playoff.
Sin embargo, no sólo los ascensos ocuparon las páginas más gloriosas de la Franja, también lo hizo el legendario Matagigantes (7778). Aquel equipo debutó en la élite derrotando, uno por uno, a todos los grandes: Sevilla, Real Madrid, Athletic, Valencia, Atlético y Barça. Otra la escribió el Rayo de Juande, que situó Vallecas en el mapa continental gracias a la UEFA (llegó hasta cuartos), después de haber conseguido subir a Primera (98-99) y, ahí, colocarse líder varias jornadas para terminar en noveno puesto (9900). No sería hasta la llegada de Paco, en la 12-13, cuando se superasen aquellos registros ligueros. El Rayo terminó octavo y, de no haber estado inmerso en un Concurso de Acreedores, podría haber repetido la hazaña de jugar en Europa.
La situación económica ha puesto entre las cuerdas a la entidad varias veces. La más reciente derivó en impagos a los empleados (entre los que estaban jugadores y cuerpo técnico), la salida de los Ruiz-Mateos de la propiedad y una Ley Concursal. A pesar de todos esos ingredientes, el vestuario se unió para firmar un loable ascenso (10-11) y una noche gloriosa como la del Tamudazo (11-12). El gol de Tamudo al Granada, en el minuto 91, no sólo supuso la permanencia del Rayo, también su supervivencia.
Para soplar esas 96 velas, la Franja contará con el pulmón de la afición. Esa que le sostiene y alienta en los buenos y malos momentos. La misma que vibró con los éxitos continuados del Femenino (07-11, una Copa de la Reina y tres Superligas consecutivas), soñó con la hornada del Juvenil A del doblete (14-15, le ganó Liga y Copa al Real Madrid), lloró en Anoeta (15-16), se desgañitó con el histórico Campeonato de Segunda de Míchel y sus pupilos (17-18)… Heredera de aquella primera peña surgida en 1951 y ejemplo de solidaridad tanto en la reciente pandemia de coronavirus como en otras múltiples causas (lucha contra el racismo, los desahucios, la violencia de género…). El bastón para un Rayo, camino del Centenario.
Nacimiento Un grupo de jóvenes creó El Rayo en la casa de la familia Huerta
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