Una tiranía sin oposición
Verstappen y Leclerc se descartan de la lucha por el Mundial frente a Mercedes
Suma 87 triunfos, puede batir este año el récord de 91 que fijó Schumacher
Me estás preguntando si puede alguien disputarle el título a Lewis Hamilton esta temporada? No”, dijo Max Verstappen. Y Charles Leclerc añadió: “Quizás Bottas. Pero es lo que hay”. El seis veces campeón del mundo va directo a por el séptimo Mundial, el que le equipararía a Michael Schumacher. Su Mercedes W11 puede ser el coche más dominante de la historia de la Fórmula 1, pero tampoco es una sorpresa porque su hermano mayor, el W10, ya ganó las ocho primeras carreras del año pasado. ¿Se puede hacer algo contra el binomio Hamilton-Mercedes? Si Mad Max dice que no, es que no.
Suma tres victorias en cuatro carreras y 88 puntos en la clasificación general. No es la mayor renta a estas alturas del campeonato; Sebastian Vettel y el propio Lewis obtuvieron 93 puntos en 2011 y 2015, respectivamente; y Nico Rosberg hizo pleno con 100 puntos en 2016. Lo preocupante en esta ocasión es la diferencia con respecto al segundo: tiene 30 puntos más que Valtteri Bottas, su compañero de equipo y fiel escudero. Y precisamente ese cariz de segundón es el que juega en contra del finlandés: Rosberg demostró que para ganar al británico hay que sacarle de quicio y caldear el ambiente en el garaje, pero eso Bottas no lo puede hacer, porque mientras rivaliza por el Mundial tiene que ganarse, año a año, su contrato, bien pagado (unos 12 millones de euros) con la escudería alemana.
“Esto no me lo puedo permitir, definitivamente tengo que maximizar cada oportunidad y espero que no haya más fines de semana de mala suerte. Pero depende de mí, tengo que estar en la pole y ganar todas las carreras, eso es lo que hay que hacer”, dice el finlandés, de 30 años. Esta semana, de nuevo en Silverstone, tiene la oportunidad de iniciar la remontada con el GP del 70º Aniversario. Mientras tanto, Lewis se acerca peligrosamente, con 87 triunfos, al récord de victorias del Kaiser, 91. Parece inevitable que lo alcance también en 2020, y eso que ya es el piloto con más poles (91, por las 68 de Senna) de la historia del Mundial.
Hamilton, de 35 años, afirmó en Silverstone que se ve corriendo en la Fórmula 1 “al menos tres años más”, mientras se encuentre físicamente a su mejor nivel. Una declaración que pone fin a los rumores habituales sobre su continuidad en el campeonato. Tiene intereses fuera, es un activista de diferentes causas sociales (antirracismo, ecología, veganismo) e incluso ha metido la cabeza en la industria musical (confesó que ha colaborado, con su voz, con la cantante Christina Aguilera). Da la impresión de que en cualquier momento, sin aviso, puede pegar la espantada. Pero ahora es Toto Wolff, director de la escudería, quien confirma que “aún no se han sentado a hablar, pero lo harán pronto”. Y que “el contrato apenas ha variado en los últimos años, son simplemente términos comerciales”. Hamilton correrá en Mercedes hasta que él quiera, previsiblemente tres temporadas más.
70º Aniversario. El Gran Circo permanece hasta el domingo en Silverstone, donde se celebrará el GP del 70º Aniversario. No cesó la actividad en el circuito de Towcester durante los últimos días: Ferrari realizó un breve test encuadrado como filming day en el que pudieron completar hasta 100 kilómetros. El fin oficial era publicitario, aunque pudieron aprovechar para recoger y contrastar datos.
Además, los representantes de Racing Point, Mercedes y Renault se vieron ayer con los comisarios de la FIA y se espera una resolución sobre la investigación a los coches rosas en los próximos días. En cuanto a Sergio Pérez, se realizará un test de COVID-19 hoy y, en caso de negativo, espera recibir permiso para reincorporarse a su trabajo y correr. Si no fuera posible, le sustituye, ahora sí, Nico Hülkenberg.
Toto Wolff espera “sentarse pronto” para avanzar con Hamilton su próximo contrato
Ferrari rodó ayer en un ‘filming day’ y la FIA reunió a Renault y Racing Point en Silverstone
No es oro todo lo que reluce. Este refrán se podría usar para explicar la situación de Yamaha en el Mundial de MotoGP. Porque la fábrica de Iwata, tras tomar en 2016 un camino equivocado y volver en 2019 a la senda correcta, tiene un grave problema que puede convertirse en un importante dolor de cabeza para los japoneses, además de un aliado inesperado en la salvaje remontada que Márquez debe realizar si quiere prolongar su hegemonía, algo que se le ha complicado aún más al volver a pasar por el quirófano.
El agresivo enfoque impulsado desde el test de Montmeló 2019 por Takariro Sumi, Hiroshi Itou o Michele Gadd ha traído consigo puntos muy positivos, como un notable paso adelante a nivel de electrónica, agarre, aceleración y degradación de neumáticos, si bien todavía quedan aspectos por pulir en el chasis y la