La victoria indiscutible de Luis Enrique
España dice adiós tras una actuación magnífica que la pondera
Honor.
Dicen que no hay victoria en la derrota, pero puestos a perder uno quiere hacerlo como España. A la larga, te acerca al triunfo que esta vez sonrió a Italia. Luis Enrique, arquitecto de la reconstrucción, encaró la noche con la apuesta juiciosa de Olmo como falso nueve para tener superioridad y dejar sin referencia a Bonucci y Chiellini. En sintonía con Busquets y Pedri, cada recepción de Olmo hizo jugar a España en campo rival. Así robó arriba con Busquets o Eric García.
■ Caer en la trampa. Al escaparse del radar de Bonucci y Chiellini, Jorginho estrecha la vigilancia sobre Dani Olmo. Pedri queda liberado a la espalda de Barella. Después faltó agresividad de la segunda línea cerca del área.
El juego y el gol.
Al simposio le faltó el acierto final. Italia volvió a su pasado y vivió a la espera de una transición que llegó en el gol de Chiesa. Salió Morata y el delantero vino a recibir a la espalda de los medios del 1-4-4-1 de Italia. Suya fue la invención del 1-1 al acompasar su osadía con la clase de Olmo. Pero España no tuvo en la prórroga la continuidad para evitar los penaltis. Se va de la Euro con una dignidad que no se la recordaba. Luis Enrique es el culpable.