AS (Levante)

Mucho tráfico en la portería

Cata Coll, titular ante Suiza, eleva la competenci­a con Misa y Enith ● Vilda confía “en su gran personalid­ad”

- AMALIA FRA WELLINGTON (N. ZELANDA)

Arriba, Cata”, “Misa, bien tocado, eso es”, “Enith, quieta, quieta, ahora sí te ha tocado parada”. Ver un entrenamie­nto de las guardameta­s de la Selección es un espectácul­o. Dirigidas por el preparador de porteras, Carlos Sánchez, se las ve volar, rodar. No hay ejercicio que se les resista. Son una piña, se apoyan las unas en las otras.

Misa, que parecía intocable, se quedó en el banquillo ante Suiza. Cata Coll debutó en el Mundial y también fue su estreno con la absoluta. Caso curioso. Ha destrozado las barreras de toda guardameta. Y más en pleno Mundial. Fue una de las revolucion­es de Vilda ante las suizas. A sus 22 años, demostró que está preparada para dar el salto definitivo.

Lo de Cata es un amor platónico con la RFEF. Fue Guante de Oro en el Mundial Sub-17 de Uruguay. Desde ese torneo, allá por 2018, todos están convencido­s de su potencial. El discurso pronunciad­o por Vilda en junio al meterla en la lista para el Mundial ya hacía prever que era una apuesta, pero no arriesgada. “Cata Coll llama la atención por su personalid­ad. Lo que siente el equipo cuando está ella, con pocas se siente. Nunca se va a arrugar y es muy difícil que le pasen por encima. Es una garantía, una portera del futuro”. El futuro ya está aquí. Y Cata está preparada.

Cuando supo que era titular, sintió más emoción que nervios. “Dije: hostia. Y nada, a jugar. Creo que tengo algo muy bueno con mi personalid­ad, que estoy muy segura de lo que hago y cómo lo hago. ¿Nervios? Al principio, sí, pero es como cuando te pones las botas, es como tu mono de trabajo. Llamé a mi padre, eran las 5:30 de la madrugada en Mallorca, pero daba igual. Ni él se lo esperaba”, comentó.

Una de las que no se extrañó fue Virginia Torrecilla. “El caso de las porteras más complicado. Me han comentado que Cata está muy bien. Y ya me habían avisado hace años de su potencial…”, afirmó la exinternac­ional. Fue su padre el que le advirtió cuando militaba en el Collerense.

Cambios.

La meta de España llevaba años siendo ocupada por dos intocables: Sandra Paños y Lola Gallardo asumieron ese rol tras la salida de Ainhoa Tirapu después del Mundial de Canadá. Las jóvenes Paños y Lola se pusieron en primera

Cata Coll “Estoy muy segura de lo que hago y cómo lo hago”

línea. Fueron años de bipartidis­mo. El cielo se abrió para el resto después de que ambas estuvieran en el grupo de las 15. Vilda tuvo que tomar decisiones. Misa, que venía apretando fuerte a las veteranas, cogió el testigo. Las otras opciones fueron Enith Salón y Elene Lete. Sin embargo, Cata las ha adelantado a todas. Y eso que estuvo hasta marzo fuera por una rotura de ligamentos. Volvió tras un año y es suplente de Paños en el club blaugrana. En España ya ha asomado la cabeza. Y será difícil que la vuelva a esconder detrás de los tres palos…

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Cata Coll, Misa y Enith Salón, camino de la portería antes de un entrenamie­nto con España en Wellington.

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