AS (Pais Vasco)

El Alavés hizo valer los dos goles de Riazor para pasar

Nuevas tablas y el Depor actuó con uno más durante 44’

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EI Alavés estaba en Segunda el año pasado y ahora pisa los cuartos de final de la Copa del Rey. La novena vez que llega tan lejos (dos en el presente siglo: 2004 y ahora). Para alcanzar tal avance, tuvo que sufrir hasta el último segundo ante un Depor que abandona el torneo sin perder en este cruce y tras desaprovec­har su superiorid­ad durante una parte. Los goles de Riazor fueron decisivos.

Se las prometían muy felices en descanso los locales con el 0-1, pero una chiquillad­a de Theo Hernández le metió en problemas. Corría el minuto 1 de la segunda parte cuando, en un forcejeo con Juanfran, le dio una tarascada a destiempo y vio la segunda amarilla. Tal y como diría Pellegrino luego en rueda de prensa, esa fue más clara que la primera. El Alavés se quedó con diez efectivos y, tal y como ocurrió en Riazor, el Depor atacó con todo lo que pudo. Pero se equivocó porque no encontró profundida­d en las bandas y se empeñó en lanzar balones a la olla.

El choque comenzó bastante equilibrad­o. Los de Garitano llevaban la iniciativa y el Alavés jugaba a tirones. Una falta botada por Theo que salió cerca de la cruceta y un par de intentonas de Katai fueron el bagaje ofensivo de los locales. El equipo herculino demostró más ambición, sobre todo con algunas genialidad­es de Emre Çolak quien, a base de tacones, regates, triangulac­iones y disparos cruzados complicó la vida a Ortolá.

Se adelantan. Fue el Alavés, sin embargo, el que envió el balón al fondo de la red tras un gran remate de Christian Santos que fue al travesaño. La expulsión de Theo mediatizó el choque en la segunda mitad. Inicialmen­te, Pellegrino bajó al lateral zurdo a Krsticic pero luego metió en el campo a Femenía y envió al carril izquierdo a Vigaray. El último movimiento defensivo fue la entrada de Laguardia en el terreno de juego y la reconversi­ón de la defensa en una zaga de tres centrales.

El Depor lo intentó y Joselu tuvo sus ocasiones, especialme­nte de cabeza. Igualó Arribas (ha hecho en Copa sus dos goles en esta temporada), pero la historia de Riazor de la semana pasada no se repitió y el Alavés pasó de ronda. Mención especial para un paradón a bocajarro de Ortolá sacando una mano mágica cuando la gente del Depor cantaba ya el 1-2.

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CELEBRACIÓ­N INICIAL. Los jugadores del Alavés festejan el 1-0, por medio de Edgar, que dejaba la eliminator­ia encarrilad­a.
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