Generosidad y torpeza
El Leganés dejó vivo a un Athletic ineficaz a domicilio
EI Athletic se le atraganta dejar sus fronteras. Lejos de casa, se siente demasiado forastero. En Butarque, al lado de la avenida de los Once Leones, parecía que encontraría la senda de los buenos resultados. El rival llegaba mermado. Los rojiblancos, crecidos tras su buena Copa. Pero fallaron. Se volvió a pinchar fuera. Punto amargo. No tanto para un Lega que pudo ganar, pero que suma su cuarto partidos consecutivos en casa sin perder. Ya tiene 17 puntos.
Leganés y Athletic ya se conocen. No hacía falta presentaciones. Para qué. Machís dejó a un lado la educación transcurridos 44 segundos. El tiempo que tardó en plantarse delante de Iraizoz. Solo. Solísimo. El venezolano soltó un latigazo lenguaraz que rozó el insulto, la falta de respeto a un rival que aún no se había ni acomodado en la casa de un amigo. Era la ocasión de su vida. Falló.
Con nervio. No sería la única vez en 16 minutos de fútbol huracanado. Intenso como pocos días, el Lega desarboló al Athletic con su alta presión y pases en largo. Casi todos buscaron las cosquillas del renqueante Lekue. Machís abusó de él, pero no de la portería. Hasta cuatro clarísimas ocasiones mandó al limbo. Los leones tuvieron sólo tuvo una. Debió ser gol. Raúl García la metió, pero el árbitro la anuló por falta a Timor. No era.
Pasado el cuarto de hora, las aguas se calmaron. No necesitaron los pepineros sobresfuerzo para generar peligro ante un Athletic sereno en el control del esférico, pero mellado en ataque. En el 43’, Mantovani dio el susto con un remate de espuela tras el que Iraizoz se comió el palo derecho de la portería. Casi pide el cambio. La portería, obvio. Gorka es de acero. Sí se fue al banquillo Omar, lesionado. Salió Szymamowski en el 44’.
Comenzaba la sesión de rock duro, pensaron en la grada. Pero el silencio se hizo con la segunda parte. Bajaron los decibelios. Faltaron las ocasiones. Las del Leganés tuvieron dos nombre. Timor y Szymanowski. El primero puso balones de riesgo a balón parado. Mantovani tuvo la más clara con un balón al palo tras un córner en el 85’. El segundo metió centros de peligro que no encontraron rematador. En el Athletic, Susaeta con un par de acercamientos y Balenziaga desde lejos metieron miedo a un seguro Champagane. La última y más clara la tuvo Marín en el 91’. Pero no era el día.