Al Racing de casa le han cogido la matrícula
Todos saben que se atasca si no puede correr con el balón
La receta de la Coca Cola se guarda en Atlanta bajo siete llaves. La de la manera de provocar el colapso del juego del Racing empieza a correr entre los entrenadores de Segunda B como esos memes, supuestamente graciosos, que te mandan 14 veces en cada uno de los grupos de WhatsApp en los que te han metido. E Racing es, sin duda, un buen equipo de la categoría, pero es muy previsible y, como los demás no son tontos y también tienen vídeo, se preparan convenientemente para lo que les espera. Nadie tiene escrúpulos en venir a El Sardinero, encerrarse y dejar que el Racing se cueza en su propia salsa.
La formula no tiene ingredientes misteriosos, líneas juntas, superioridad numérica sobre Sergio y Peña, bloqueo de las bandas y permiso para que sean los centrales verdiblancos los que inicien todas las jugadas. Mientras tienen piernas, les funciona a todos. Ayer, al Racing de Ferrol, también..., en la primera mitad.
No chuta. Queda la duda de que pasaría si el Racing marcara pronto en uno de sus partidos como local, cambiando así el guión. Pero hace mucho que no pasa. Los primeros tiempos empiezan a desesperar a la grada. Ni tan siquiera chuta a puerta. Ayer, en los primeros 45’, sí que tuvo una buena ocasión, en un remate que hizo Carlos Álvarez mientras era placado por Víctor (clamoroso penalti) y que despejó Sergio.
El Racing de Ferrol, sin hacer gran cosa, pareció más cómodo, con las ideas claras y con la suerte de cara, ya que marcó un gol en un centro desde la línea de banda que no tocó nadie y se colo mansamente por el segundo palo. Un churro. Solo otra vez, en un contra de Joselu, pisó el área. En la segunda parte, con el rival más cansado, el Racing metió otra marcha, agradeció la entrada de Javi Cobo, mejoraron Peña y Santi Jara y el gol rondó una y otra vez, especialmente en los 11 extraordinarios saques de esquina que botó Jara. En uno llegó el empate y no hubiera pasado nada si el Racing hubiera acabado ganando, aunque chutó poco.
A aprovecharlos Santi Jara genera peligro en cada córner que saca