Un rebote nunca es penalti
Gil Manzano se equivocó en la jugada clave del encuentro
EI colegiado extremeño Gil Manzano, que ha estado bien en casi todo el partido, sólo ha fallado en dos cosas: el penalti que señaló en el minuto 71, cuando Musacchio despeja el tiro de Toni Kroos y el balón golpea la mano de su compañero Bruno, que está a dos metros, de forma totalmente involuntaria, aunque éste intenta quitarlo y también en señalar penalti en esa acción: no se puede señalar penalti en esa acción como hizo. Luego debió alargar más de seis minutos el partido y no los cuatro que dio. También es verdad que cuando la tángana con los banquillos debió expulsar a Soldado que, como es costumbre en él, les dijo muchas cosas al asistente y al cuarto árbitro. El partido también tuvo otras jugadas. Minuto 14: en un salto en el área, el balón da en el brazo de Mario a consecuencia de un rebote y eso no es penalti. En el 25’, el remate de Benzema lo saca Asenjo en la raya y no existe gol. En el 56’, Bakambu, a pase de Bruno le gana la posición a Ramos que, a mi entender, como mucho puede estar en línea. Esta acción puede crear dudas, pero el gol es legal. En el 83’, se reclama falta de Isco a Samu Castillejo, cosa que no existe: le rebaña bien el balón, pasa a Marcelo y el centro de éste es rematado de cabeza por Morata. Y en el 89’, tampoco hay mano de Marcelo, ya que a remate de Samu Castillejo, el madridista está de espaldas y el balón le da en el brazo. No hay nada.
Es una pena que un partido disputado, bien llevado y controlado, un árbitro del nivel de Gil Manzano tiene que tener muy claro el concepto de lo que es un rechace que rebota en el brazo de un compañero dentro del área o en cualquier sitio, pero los errores son humanos y no quita para decir que en esta ocasión el
Villarreal fue perjudicado. También alabar las declaraciones de Bruno que hizo después del partido, donde fue todo un caballero y un deportista.