AS (Pais Vasco)

Cómo resucitar a un equipo en tres semanas

El Barça, que parecía muerto tras París, vuelve a su mejor versión

- SANTI GIMÉNEZ

Cuando un equipo ha llegado a ganarlo todo y ha adquirido el hábito del triunfo como si fuera una adicción, puede que pierda excelencia, brillantez o belleza en la forma. Pero lo que nunca se pierde es el orgullo ni las ansias por ganar. El Barça sería un buen ejemplo de ello. La remontada sin precedente­s en la historia de la Champions ante el PSG no encuentra explicació­n en el juego, en la estética ni en el modelo. Fue una gesta construida a imagen y semejanza de su entrenador. Una hazaña llevada a cabo por hombres competitiv­os y que no quieren bajarse del pedestal ni a empujones.

Rememoró el Barcelona en la Champions una de las frases que deberían estar enmarcadas en cualquier vestuario. La pronunció Dennis Conner: “Sólo hay una cosa mejor que ganar: perder y volver a ganar”.

Medalla olímpica en vela en Montreal 76 y dos veces campeón del mundo de la clase Star, Conner fue el patrón más carismátic­o que haya pisado jamás la cubierta de un barco de competició­n. Desmesurad­o en todo, desde su 1,88 de altura y 110 kilos se creó una merecida fama de imbatible. Medirse con él en una barra de bar o en el mar era condenarse al fracaso. Este patrón indestruct­ible, cuando se creyó intocable fue el que perdió por primera vez en 132 años la Copa del América que defendía el Club de Yates de New York ante el Australia, que representa­ba a Perth. Drama. La humillació­n que vivió Conner puede ser perfectame­nte comparable a la que vivió el Barcelona el pasado 14 de febrero en París cuando el PSG les aplastó por 4-0.

El luto fue profundo y se superó a duras penas después de un triunfo casi fúnebre ante el Leganés. Pero entonces, sucedió lo imprevisto: El Barça goleó al Sporting, Luis Enrique anunció en la sala de prensa que renunciaba a su cargo al mismo tiempo que el Madrid patinaba ante la UD Las Palmas y los catalanes accedían al liderato.

Fue ahí, cuando la frase que pronunció en su día Dennis Conner se convirtió en el lema del vestuario del Barcelona. Luis Enrique la verbalizó a lo Conner: “Si ellos nos metieron cuatro, nosotros podemos meterles seis”. Y así

El lema "Sólo hay algo mejor que ganar... perder y volver a ganar"

fue. La cuestión está en saber, además de este prurito profesiona­l cuáles son los motivos en los que se basa la resurrecci­ón de un equipo que parecía sentenciad­o hace solo tres semanas.

La distensión. Evidenteme­nte, este cambio de actitud no podría entenderse sin Luis Enrique. Un entrenador cactus, arisco con la Prensa y poco académico. Pero sin duda, un competidor nato, un trabajador estajanovi­sta y un hombre que bunkeriza el vestuario para bien. Cuando el asturiano anunció que se iba del Barça a final de temporada tras el partido contra el Sporting relajó al equipo. El modelo, el juego y las cuentas pendientes quedaron fuera del tablero. Y encima, puso el foco en unos jugadores que pasaron de reclamar deudas a deberle algo. Y todo empezó a fluir.

Se pudo modificar el sistema sin que los guardianes de las esencias montaran la Inquisició­n habitual y los jugadores se liberaron demostrand­o que quieren seguir ganando. Como dijo Conner, sólo hay una cosa mejor que ganar... ganar cuando has perdido.

Jugadores

Pasaron de reclamar al técnico a sentir que estaban en deuda con él

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