Seve en el recuerdo y el futuro de Asensio
Un mito. Uno cierra los ojos y ve a Seve apretando el puño tras embocar uno de sus incontables golpes imposibles, lo imagina colocándose de hombros esa chaqueta verde que le sentaba como un guante, riéndose con José María Olazábal en cualquier lugar del mundo, con la Jarra de Plata del Open Británico que ganó por primera vez siendo un chaval de 22 años, arengando como nadie a su equipo europeo en la Ryder, también hablando abiertamente de su vida y la enfermedad con su amigo Michael Robinson. Mañana Severiano Ballesteros hubiera cumplido 60 años. Mitos que nunca mueren.
El futuro de Marco. James Rodríguez tiene el mejor y más fino golpeo, Isco es el más habilidoso e imaginativo, pero Marco Asensio es el más completo de los mediapuntas del Real Madrid. Su tren inferior le dota de potencia, las galopadas ante el Betis y Leganés son buenos ejemplos, la contudencia de golpeo se vio en la Supercopa y la calidad canta en cada uno de sus movimientos. Jugar en el Madrid con regularidad es muy difícil, pero sí le ofrece al club cartas ganadoras, deja a James sin la sartén por el mango, y hace que la posibilidad de la marcha de Isco tenga menos efectos secundarios. En el Mallorca aprendió a fajarse en banda con los duros laterales de Segunda División. En el Espanyol firmó una primera vuelta fantástica detrás del punta y cerró campaña con 12 asistencias. Cubre etapas, humilde y de boca cerrada, se reivindica con la zurda. El futuro es suyo. El Madrid tiene un tesoro.
Lydia de oro.
El himno olímpico atronaba en la Gala de Diario As (el pasado mes de diciembre) en homenaje a Lydia Valentín, su rostro de emoción y sorpresa era enorme, era si quieren un acto de reparación para una deportista con tres medallas olímpicas que sólo ha podido subirse al podium para recibir una. Las otras dos fueron entregadas injustamente a deportistas que estaban dopadas (le corresponden la plata de Pekín 2008 y el oro de Londres 2012). Ella sigue con su brillante carrera, acaba de proclamarse campeona de Europa en Split con una competición perfecta (oro en total y en dos tiempos y plata en arrancada). El palmarés de una superclase, mucho más allá del debate de si le conceden o no el Premio Princesa de Asturias.