El ejemplar compromiso de Antonio
Toño; Pinillos, Rubén, Garay, Luis Fernández; Antonio Tomás, Felipe Melo, Scaloni, Colsa; Munitis y Zigic. Con ese equipo ganó, con gol de Melo de penalti, el Racing en Pamplona hace once años ( luego salieron Vitolo, Serrano y Juanjo, que suplió a Niko Zigic en el 87’). Esa fue la primera victoria de Antonio Tomás en la capital navarra. Junto a él, en el once inicial, cinco internacionales absolutos y dos más en categorías inferiores. El de Cartes, hasta el sábado, había jugado otros dos partidos allí, sendos empates con el Racing y con el Depor. Todos en Primera, ante miles de espectadores y con la tele en directo. Pues bien, en ninguna de esas ocasiones se emocionó tanto como el sábado, en Tajonar, ante Osasuna Promesas. Acabó llorando e incapaz de contestar a las preguntas de los periodistas.
Las lágrimas de un padre de familia de 32 años, con 300 partidos en la élite, tras ganar a un filial ante 400 personas no eran por haber marcado un gol decisivo en el último minuto ( aunque es cierto que ha metido solo 8 en su carrera), ni por la importancia de los puntos, al fin y al cabo la situación no es desesperada ni se trataba de una final. La intensidad con la que Antonio disfrutó de ese momento tiene que ver con lo que ha sufrido con las lesiones en los últimos tiempos y con las ganas que tiene de cerrar su carrera a lo grande, sacando al Racing del pozo. La demostración clara, una más, de que, como anunciaban los conspiranoicos que rodean al Racing, estos veteranos que han vuelto al Racing lo han hecho solo para pegar el último palo. Y segar la hierba a Viadero de paso. ¿ Porqué el fútbol será un imán para los miserables?,