El Pucela, ni una pizca de suerte
Decíamos ayer que este Real Valladolid necesitaba una inyección de moral. No la consiguió en el partido de ayer porque es difícil explicar cómo el conjunto pucelano se fue al descanso con empate a uno. Bordó el fútbol, pasó por encima a un Madrid moribundo, pero no tiene acierto ni suerte. No tuvo acierto para convertir el penalti (ya van cinco penaltis fallados en la temporada, todos los que le han pitado), ni suerte con el VAR que acertó al anular los dos goles de Guardiola, para culminar ese viaje con un error impropio de un portero de Primera. Tantas veces ha salvado Masip a su equipo que duele especialmente el error del catalán.
Fue tal mazazo que el conjunto pucelano se hundió, como le viene sucediendo habitualmente este año. Cada sopapo le hunde, es incapaz de reaccionar, de levantarse. Este equipo necesita ganar un partido ya. Cuanto antes mejor.