Djokovic invencible*
El serbio aguantó la presión de Carreño, primer jugador que le gana un set este año en París ● Jugará contra Tsitsipas su décima semifinal del torneo
Djokovic
Carreño
M(Ser) (Esp) al que bien, a Novak Djokovic este año no hay quien le gane. Bueno, lo hizo de aquella manera Pablo Carreño en el US Open, por la descalificación del serbio tras pegarle un pelotazo a una jueza de silla, si bien es verdad que el gijonés iba por delante (6-5 en el primer set). De ahí el asterisco en la palabra invencible del título. Ayer, 31 días después, volvieron a cruzarse en los cuartos de Roland Garros y ganó el líder del ranking en buena lid, aunque por primera vez en lo que va de torneo perdió un set: 4-6, 6-2, 6-3 y 6-4 en 3h 10.
Crédito para Pablo, que peleó con bravura y tuvo 13 ocasiones de break. Ni por esas y pese a sus aparentes molestias en el “cuello y los hombros”, según dijo (“Debe tener algo crónico porque siempre hace igual si le incomodas”, ironizó Carreño), hincó la rodilla el balcánico, que suma 36 victorias en 2020, más que nadie, y se enfrentará mañana, en su décima semifinal en París, a Stefanos Tsitsipas. El griego venció por la vía rápida al ruso Rublev (7-5, 6-3 y 6-3).
El primer set lo jugó Djokovic con un lenguaje corporal que denotaba malestar. Se retorció, trato de calentar el brazo izquierdo en el que recibió tratamiento exprés de fisioterapia dos veces. Sacó mal (sólo un 40% de primeros dentro) y se le vio vulnerable. Carreño lo aprovechó para lograr un quiebre, aunque la ventaja se le escapó después por culpa de dos dobles faltas. Djokovic las cometió también y eso le dio ocasión al asturiano de ponerse con 5-4 y servir para apuntarse el parcial. Lo hizo. Por primera vez en el torneo, el balcánico perdía una manga. Mérito de Carreño con la colaboración de un excesivamente taciturno Djokovic.
Como en otras muchas ocasiones (véase la final del pasado Abierto de Australia), el ganador de 17 Grand Slams resurgió de sus cenizas, y tras levantar dos bolas de break en el tercer juego del segundo set, tomó ventaja, volvió a salvar otra situación delicada y logró la doble rotura para poner el 6-2 y la igualada en el global del encuentro.
A grito pelado, Nole salvó los muebles en el inicio del tercer parcial y trató de intimidar a Carreño. La tensión subió y en ese ambiente, el serbio es el rey. En un momento colocó un 3-0 que alteró el ánimo del bueno de Pablo, enfadado consigo mismo. Demasiadas oportunidades perdidas ante un superclase. Fueron los mejores momentos de tenis del número 1 del mundo. Sin embargo, su oponente recuperó la fe y se quitó el miedo para nivelar la manga con otro quiebre. Había partido. “Ahora le has dao”, se dijo el español tras pegar un derechazo que no pudo controlar su rival. “Así, Pablo, así”, se animó de nuevo antes de meter un saque directo. Ese era el camino ante un Djokovic que para entonces ya parecía carburar a pleno rendimiento. Tuvo cerca el 4-3 al resto y se le escapó. Mala suerte para el enorme mérito de presionar casi cada saque de Djokovic. Y ante un monstruo como ese, los errores se pagan. Con un ace, el de Belgrado cerró el set y se puso por delante.
Novak se quitó el tape de la espalda, pero no se desató del todo. Carreño le frenó armado con su revés paralelo estético y efectivo. Las continuas dejadas que recibió desde el otro lado de la pista le dañaron. El tercer juego de la 4ª manga fue una muestra fantástica de que la pelea era de tú a tú. Así siguió el encuentro hasta que Pablo tiró donde no tocaba una contradejada y Djokovic, que juraba en serbocroata, se colocó con 4-3 y saque. Sufrió para mantenerlo, pero al final pesó la historia y el ranking. “Tuve que tener mucha paciencia, Pablo es muy buen jugador y comete pocos errores”, explicó el ganador, que mostró ciertas debilidades de las que tendrán que tomar nota próximos rivales.
Ironía “Djokovic debe de tener algo crónico en el hombro”, dijo Carreño
Detalle “Pablo es muy bueno y no comete muchos errores”, elogió Nole