AS (Pais Vasco)

En construcci­ón

El Madrid está 0-2 en Euroliga, su peor arranque de siempre ● Busca refuerzos ● Los puestos de base y de pívot, claves

- JOSÉ IGNACIO PINILLA

EI Real Madrid comenzó la temporada a muy alto nivel con la convincent­e victoria sobre el remozado Barça de Jasikevici­us para alzar su tercera Supercopa Endesa seguida, la séptima en la historia del club. Las dudas generadas por un verano seco en fichajes, con solo la incorporac­ión de Alberto Abalde desde el Valencia (Carlos Alocén, adquirido en el verano 2019, regresaba tras su cesión en el Casademont Zaragoza), a causa de los estragos generados por la pandemia del coronaviru­s en todos los niveles de la institució­n blanca, parecían despejadas. El equipo continuaba sólido en defensa, con los mecanismos de juego y los sistemas engrasados e intactos y dos promesas españolas adaptadas a un grupo veterano sin esfuerzo.

La atípica pretempora­da había ayudado. Pablo Laso contó desde el inicio con todos sus jugadores por la ausencia de torneos de seleccione­s y las gratas sensacione­s se vieron reafirmada­s en los tres primeros partidos de la Liga Endesa: triunfos ante el GBC, el Zaragoza y el Joventut en “el mejor partido del año”, según Laso.

Cinco días después, el escenario sufrió un duro revés. El Madrid pasó de bordar la excelencia a “la primera derrota de la temporada y en un mal partido” (Laso) contra un Baskonia (76-63) que les zarandeó. ¿Un simple tropiezo? Sí. Hasta que llegó el Valencia al Palacio y le abrasó: 77-93.

El Real cerraba así sus dos peores primeras jornadas de la Euroliga en este siglo. Nunca en 20 años había arrancado 0-2. La del Valencia es la mayor derrota en casa en la máxima competició­n continenta­l desde el 63-75 que le endosó el Fenerbahçe en los cuarto de 2016 (19 de abril). El descenso en puntos y asistencia­s en comparació­n con la pasada temporada es también significat­ivo: de 84,7 tantos de media a 70; de 19,8 pases de canasta a solo 12 (7 ante el Baskonia).

Y el primer aviso a los jugadores llegó desde el banquillo: “Esto no acaba de empezar, empezó ya la semana pasada y nosotros estamos 0-2. La Euroliga te castiga si no juegas bien, son los mejores equipos de Europa. Si hay alguno que quiera hacer la guerra por su cuenta que la haga, no jugará, no me preocupa”, afirmó Laso con el dedo acusador: el banquillo no aportó y la vuelta de los titulares tampoco ayudó frente a los taronjas, refrendand­o que el equipo está en plena construcci­ón y busca en el mercado refuerzos.

Los blancos adolecen en el puesto de base. Necesitan uno de nivel que dé aire a

Campazzo. Alocén es aún joven y Laprovitto­la se mantiene en el equipo (tenía pie y medio en Grecia) por el asunto CampazzoNB­A: el argentino se marchará cuando el mercado norteameri­cano se abra y el Real deberá buscar entre el caladero seco de Europa y los descartes de la Liga estadounid­ense un recambio de nivel.

En la zona, Tavares no tiene sustituto de garantías tras la salida de Ayón en el verano de 2019 y de Mickey este. Garuba es lo más parecido al caboverdia­no en la plantilla y cumple, pero no es Zizic. El retraso a la hora de ficharlo (sin salidas no hay entradas) arrojó al balcánico a los brazos del Maccabi. Un zarpazo en los planes madridista­s. Es aún octubre, pero el toque de atención es claro: se necesitan refuerzos para que haya fiesta en junio.

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Guillem Vives hace una bandeja ante la defensa de Walter Tavares y las miradas de Facundo Campazzo, Bojan Dubljevic y Usman Garuba.

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