Sin hinchas en las gradas, sólo emociona Nadal

El fútbol ha perdido mucho, muchísimo, sin hinchas en las gradas. Si ya es triste ver un partido de LaLiga sin aficionados, con la Selección se te cae el alma a los pies. Ahora suena el himno y no es lo mismo. Con el estadio lleno, con la mancha roja en las gradas, los pelos se ponen como escarpias a poco que tengas corazón. El impacto económico que la pandemia le está provocando al fútbol no es nada comparado con el destrozo emocional que supone la ausencia de fieles en los estadios.

Por contraste está Nadal. También juega casi a solas,pero él sí emociona. Puede que sea porque el fútbol, al ser un deporte colectivo, no desata las pasiones de ver triunfar a un solo gladiador, como hace Rafa, en la arena de París. Es curioso, pero Nadal es capaz de emocionar más que un equipo entero.