El fair play y los errores puntuales
Cuando hablamos de fair play nos referimos al buen comportamiento deportivo individual y colectivo. Se trata de poner en primer lugar la satisfacción de competir con limpieza por encima del resultado. Sin trampas ni trucos que puedan confundir al árbitro o al rival. Un comportamiento que desearíamos que se hiciera patente en todos los aspectos de la vida en general.
Resulta que se nos llena la boca de satisfacción cuando hablamos de juego limpio.
Pensamos que con no ser racistas o mostrar una pancarta o una pegatina en la camiseta que ponga Respect cumplimos con ello. No es así. O al menos no es suficiente.
La sanción al Alcorcón con la pérdida del encuentro ante el Zaragoza por jugar durante nueve minutos con cinco jugadores del filial nos demuestra que todo es un cuento. Ya sucedió algo parecido en Copa en un partido entre el Real Madrid y el Cádiz.
Está claro que las normas están para cumplirse y no vamos a culpar al comité de competición por hacer su trabajo, pero en errores de este tipo, que son simples errores, de los que no se intentaba sacar ningún provecho deportivo, el fair play brilla por su ausencia. Esto nos aleja del verdadero espíritu del deporte.
Castrillo de Don Juan