AS (Pais Vasco)

Wembley huele a revancha

- HÉCTOR MARTÍNEZ

España e Italia buscan la final en su cuarto duelo consecutiv­o en la Eurocopa Emerson, el relevo de Spinazzola Olmo suplirá al lesionado Sarabia

Un Italia-España siempre es un menú apetecible, ya sea en fútbol, baloncesto, waterpolo o MotoGP. Más aún si el escenario de ese duelo es un estadio con la mística de Wembley. Será allí donde La Roja y la Azzurra salden viejas y queridas cuentas en una semifinal de la Eurocopa en la que el actor protagonis­ta no es otro que el balón. Todos lo quieren, pero solo hay uno. Quien sepa hacerse amigo de él tendrá buena parte del billete para la final en el bolsillo.

Hablamos de un duelo que se ha convertido en un fijo en las últimas ediciones de la Eurocopa. En 2008 y 2012 fue España quien se llevó el gato al agua en unos cuartos de final resueltos en la tanda de penaltis (Casillas y Cesc convertido­s en héroes) y en una final enmarcada en la historia de nuestro fútbol gracias al inapelable 4-0. En 2016, sin embargo, Italia ganó por 2-0 en un partido que segurament­e ha inquietado en las últimas horas a Álvaro Morata, el nueve de la Selección española aquel día. Entonces, Chiellini y Bonucci amargaron la tarde al madrileño, que hoy se reencuentr­a con quienes son sus compañeros en la Juventus. “Estoy a su lado, Álvaro es un gran chico, un gran padre, un gran amigo y un gran jugador. Es un delantero total, de los mejores del mundo”, dijo ayer Bonucci sobre las críticas recibidas por el español en el arranque del campeonato. Buen gesto de Leonardo.

Ambas seleccione­s quieren el balón, pero cada una paga por él en su propia divisa. España exprime la posesión (con 67,2% es la líder del torneo), mientras que Italia es más directa en el juego (domina en

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Pies de foto.

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