“Hacer podio sigue en pie”
Enric Mas llegó a la primera jornada de descanso como sexto clasificado del Tour, a 5:47 de Tadej Pogacar y 29” del tercero, Rigoberto Urán. El balear hace balance en AS.
Enric Mas llegó a la primera jornada de reposo del Tour de 2021 como sexto clasificado, a 5:47 de Pogacar y a 29 segundos del tercer puesto provisional, que ocupa ahora Urán. Su deseo de subir al podio permanece intacto… con el amarillo inaccesible. El balear atendió por teléfono a AS.
—¿Cómo se encuentra después de la primera semana?
—Bien, mejor de lo planeado y en una buena posición, aunque un corredor, Tadej Pogacar, está por encima del resto y muy adelantado en la general. Salvé los percances de Bretaña, acabé la contrarreloj en tiempos de los rivales y luego me caí en el Macizo Central y en los Alpes, afortunadamente sin consecuencias en siete días salvajes, para avanzar en la general y seguir en la pomada. En Tignes se metió O’Connor en la segunda plaza, pero si no andaríamos unos cuantos en apenas un minuto en la lucha por el cajón de París, con el amarillo inaccesible, a pesar de que falta muchísima montaña.
—¿Qué tal la progresión como capitán del Movistar?
—Bien. En 2020 adquirí experiencia tanto en el Tour como en la Vuelta. En ambas competiciones terminé quinto y aprendí más cosas sobre la gestión con los compañeros, en la carretera, con los directores y los auxiliares. Hay que saber hablar y escuchar, y sobre todo resulta más fácil si las personas alrededor confían en ti.
—En su estreno con el maillot telefónico no consiguió triunfos y no se le veía con tanta frescura.
—No se me veía a mí ni a muchos, la pandemia marcó totalmente la temporada 2020 y, aun así, extraje conclusiones positivas, como que te fiche el equipo histórico de casa o esforzarte a tope pese a que no disfrutes de la mejor sensación. Así rodé durante la campaña pasada y el inicio de 2021, hasta que gané en la etapa reina de la Volta a la Comunitat Valenciana. Aquello fue como un click para recobrar confianza perdida y pensar de nuevo en un ciclismo atacante, como a mí me gusta.
—¿Saldrá esa versión de Enric Mas en lo que resta de Tour? —Eso espero, el objetivo de alcanzar el podio continúa en pie y en anteriores pruebas de tres semanas acabé muy bien, así que es lo que intentaré
—En la Vuelta de 2018 se impuso en La Gallina y concluyó segundo. ¿Qué ha faltado para rendir como entonces?
—No lo sé, quizá un poco de suerte, de no reventar, de coger más bagaje, de notarte más fuerte, de hacerlo mejor en las cronos… Tampoco es lo mismo el Deceuninck que el Movistar, hay que adaptarse a un cambio de escuadra, y belgas y españoles somos completamente diferentes.
—Otros adversarios más jóvenes como Tao, Bernal o Pogacar suman ya en su palmarés grandes rondas. A los 26, ¿molesta el adelantamiento de una nueva generación?
—Cada uno explota cuando puede o cuando aprovecha el momento adecuado y las condiciones más favorables, aparte de que tradicionalmente los corredores españoles maduramos algo más tarde. Sin embargo, pienso que me quedan muchos años de pelear en la élite para buscar logros importantes.
—Por ejemplo, los Juegos de Tokio aparecen en el horizonte.
—Sí, estoy vacunado gracias al Comité Olímpico Español. Si el seleccionador me convoca, acudiré encantado.
—¿Y luego, la Vuelta?
—Sí, tanto el Movistar como yo depositamos mucha ilusión en regresar a la cita de nuestro país con el máximo de ambición.