El gran capitán compromete al Madrid
El club se expone a que su plan pierda legitimidad si el central mantiene el nivel
El Real Madrid no renovó el contrato de Sergio Ramos y el sevillano encontró acomodo finalmente en el París Saint-Germain, que le ofreció los dos años que el club blanco no quiso darle (cuando Ramos quiso aceptar la propuesta de un año, el Madrid le trasladó que ya era tarde y que se había planificado el futuro sin contar con él). A cambio, el Madrid firmó gratis a Alaba (ganará lo mismo que Ramos, 12 millones netos por curso; tiene 29 años recién cumplidos) y confía en que Militao y Nacho cumplan acompañando al austriaco, con Varane con el cartel de transferible y esperando una oferta que, probablemente, llegará desde el Manchester United. Aunque la operación no está exenta de riesgo, un riesgo que vendrá marcado por lo que suceda en el futuro.
Ramos ha firmado por dos cursos, hasta junio de 2023, con la confianza de que sus 35 años y las repetidas lesiones que ha sufrido esta temporada no le pasen factura y pueda seguir rindiendo al máximo nivel al manos hasta que tenga 37. Si eso sucede, los focos se girarán en dirección al Madrid, del mismo modo que se dirigieron al Barcelona este curso tras forzar la marcha de un Luis Suárez, al que le pagaron una parte del salario para que luego fuese fundamental en el título de Liga
Alaba
El sustituto del sevillano le cuesta lo mismo: 12 millones por temporada
del Atlético del Cholo Simeone. Con Villa, en la 2013-14, ya sucedió algo similar: fue el perfecto acompañante de Diego Costa para que los rojiblancos se llevasen el título, con triunfo incluido en el Camp Nou en el día decisivo.
En el Madrid las figuras del nivel de Ramos han acostumbrado a salir como él, de forma abrupta y hacia equipos en los que quieren seguir compitiendo a alto nivel. Sucedió con Raúl, que se fue a un Schalke de supuesto nivel medio donde sorprendió a toda Europa. O Cristiano, en una operación que dejó claro que, unido al Madrid, era mucho más fuerte que alejado de él.