Guerra en la F1
La tensión se eleva entre Verstappen y Hamilton con 13 carreras por delante en un Mundial apretadísimo Sólo hay una certeza, ninguno cederá un metro
Como Ayrton Senna y Alain Prost, en Suzuka 1989 y 1990; como Michael Schumacher y Jacques Villeneuve, en Jerez 1997; como Lewis y Nico Rosberg, en Barcelona 2016. Hamilton y Max Verstappen ya han superado el umbral que convierte una rivalidad sana en una guerra sin cuartel que arrastra a equipos y divide a los aficionados en dos bandos enfrentados entre sí. Max acabó el GP de Gran Bretaña contra la barrera de neumáticos de la curva Copse, una de las más rápidas y peligrosas de la Fórmula 1, después de que su Red Bull y el Mercedes de Sir Lewis se emparejaran en la primera vuelta de la carrera del domingo en Silverstone. El piloto inglés fue sancionado con diez segundos por “no evitar” el toque que envió fuera de la pista al RB16B, pero ganó la carrera y recortó de golpe 25 puntos al enemigo. Salió rentable.
La maniobra fue analizada desde diferentes ángulos. Los dos pilotos iban sobrados de valor aunque quizás Hamilton se pasó de optimista. Los comisarios le castigaron con diez segundos de penalización porque él era el único que tenía controlada la posición de ambos coches, y porque tenía espacio libre a su derecha que no quiso utilizar para liberar el carril de Verstappen. Si hubiera levantado, Max habría pasado con cierto margen, pero no habrían colisionado. En Mercedes lo juzgaron como incidente de carrera. La mayoría de pilotos, aunque no todos, apoyan esa versión.
En Red Bull, sin embargo, hablan de “un movimiento impropio del campeón, a la desesperada, porque había perdido la salida”. Al piloto neerlandés le sentó todavía peor encontrarse con las imágenes de celebración de Hamilton, con la bandera británica corriendo por las colinas del circuito entre aficionados, lo que calificó como “inapropiado y antideportivo”. Max, de 23 años, aún estaba en el hospital entonces sometiéndose a diversas pruebas por precaución debido al fuerte impacto que recibió: superó un accidente de 51G, “el más fuerte de su carrera” en palabras de Horner. Salió del centro médico a las 22:00 horas del domingo, y regresó al circuito de Silverstone a recoger sus cosas y marcharse a casa.
¿Y ahora qué? Los 33 puntos de ventaja que tenía Verstappen en la clasificación general del Mundial el domingo por la mañana se redujeron a ocho tras la victoria del británico, a nada, y Hamilton recupera de golpe las opciones de aguantar la lucha por el título hasta el final cuando Red Bull amenazaba con desequilibrarla antes del parón de verano. Quedan 13 carreras por delante, si la pandemia no recorta el calendario. Deportivamente, la temporada 2021 de la F1 puede convertirse en una de las más apasionantes que se recuerdan. Hamilton y Verstappen, que nunca fueron amigos ni se aprecian mutuamente, deberán volver a encontrarse en las primeras frenadas de los circuitos de medio mundo.
Pruebas médicas Max abandonó el hospital el domingo sobre las 22:00 horas
Redes sociales FIA, F1 y Mercedes denunciaron comentarios racistas hacia Lewis
Rivalidad. Ninguno de ellos cederá, eso se puede dar por seguro. Las posturas de ambos lados empiezan a ser irreconciliables. Y además se suma el componente de la hinchada: en Inglaterra, 140.000 aficionados se volcaron con Lewis y se marcharon felices a casa después de una de las carreras más controvertidas de la década. Pero en Hungría, la semana que viene, habrá decenas de miles de holandeses. Y la grada oranje será legión tras el parón veraniego de tres semanas en Spa y Zandvoort. Mientras, la FIA, la F1 y el equipo alemán denunciaron comentarios racistas a Hamilton vertidos en las redes sociales después del choque de trenes de Silverstone. Pocos recuerdan ya el rifirrafe técnico entre Mercedes y Red Bull que prohibió los alerones flexibles o las quejas por los límites de pista, debates menores que ahora resultan inocentes, anecdóticos. Abróchense los cinturones, porque vienen curvas.