El links de los 1.000 bunkers
El sueño de Kohler no tiene cálculo exacto de sus trampas
Una de las cosas que quería Herb Kohler al concebir un resort de lujo con dos campos de golf capaces de albergar los mejores torneos del mundo era que alguno acogiera un día la Ryder Cup. A los 82 años, este multimillonario estadounidense de origen alemán cumplirá su sueño. La Ryder, la madre de todas las competiciones golfísticas, desembarca en Whistling Straits. En concreto en el Straits Course, uno de los dos recorridos de este campo de 36 hoyos asociado junto a Blackwolf Run a The American Club, punto de referencia para las élites de Wisconsin (EE UU). A ellas pertenece Kohler, potentado junto a su hermano David de un conglomerado industrial con ramificaciones en fontanería, mobiliario, motores, generadores de electricidad o turismo que antes de la pandemia empleaba a 40.000 personas.
En 1998 Kohler, con una fortuna actual estimada en 8.800 millones de dólares, tuvo su visión y encargó a Pete Dye construir un links de interior en una finca que había adquirido junto al lago Michigan. El resultado fue un coloso salpicado por cerca de un millar de bunkers (nadie ha conseguido un cálculo exacto, se habla de 1.012, 967...) que en condiciones ventosas exige mucho de quienes le desafían.
La cantidad de obstáculos de arena en Whistling Straits es tal que la PGA se ha visto en la necesidad de emitir una circular esta semana en la que informa a los participantes en la Ryder de que durante la cita los bunkers se jugarán como bunkers. Parece una obviedad, pero en ocasiones estas zonas se consideran ‘waste areas’ y se puede jugar sin penalidad apoyando el palo en la superficie, algo prohibido en un bunker. Dustin Johnson, integrante del equipo estadounidense, perdió el PGA en 2010 por este motivo.
Con la Ryder en casa, Herb Kohler es como un niño en una tienda de golosinas. “Me han prometido un buggy para ver los partidos en primera fila”, confiesa el magnate, que ha alcanzado una de sus metas vitales.
Normativa Está prohibido apoyar el palo en la superficie del bunker