Ganar... agua de Mallo
El capitán abre la lata con un zurdazo que se merienda Herrera Budimir tiene el 0-1 en un disparo al larguero
L● a bufanda de Coudet aprieta algo menos. Respiró al fin tranquilo el técnico argentino después del pitido final. Esta semana podrá salir a algún sitio que no sea el supermercado, ya no tendrá que quedarse encerrado en casa viendo Planeta Calleja o Callejeros Viajeros. Es lo que tiene el triunfo, que te endulza la vida hasta en lo más cotidiano.
No necesitó el Celta un partido excelso para lograr esta balsámica victoria. De hecho, le bastaron dos chispazos para acabar con la resistencia de Osasuna. Todo ello aderezado con la falta de puntería rojilla y el mal día de Herrera bajo palos. Porque el partido se decidió, o empezó a decidirse, en los dos primeros tiros a puerta (no hubo muchos más). Budimir enfiló primero, Mallo tomó la réplica. El croata despedazó el larguero en los primeros minutos, el marinense dobló la débil mano de Herrera a la media hora.
El acierto definió un encuentro en el que Osasuna comenzó rebelde, avasallando al Celta con continuas llegadas, tanto a balón parado como en jugada. El esférico rondó mucho tiempo la portería de Dituro, pero sólo Budimir fue capaz de disparar. No tuvo el premio que sí encontró después Hugo
Mallo con un zurdazo que sorprendió a todos, especialmente a Sergio Herrera.
Magia. La sentencia del duelo la firmó Santi Mina antes del descanso, una palada más para cavar la tumba de Osasuna. Lo hizo en una jugada coral que deja patente el talento existente en la plantilla celeste. Taconazo de Denis, asistencia de Aspas y gol de Santi Mina. Los rojillos sólo vieron el balón cuando ya estaba en la red.
Poco más sucedió a partir de entonces. El Celta dio un paso atrás en la segunda parte para defender la renta obtenida. Los de Arrasate no supieron cómo asestar la cuchillada. Merodeo continuo de nuevo sobre la meta celeste, nula capacidad para rematar. De hecho, el único disparo de la segunda parte fue un remate fallido de Galhardo que Herrera estuvo a punto de convertir en el gol absurdo de la jornada. Lo salvó sobre la línea.
Poco peligro Los vigueses tiran tres veces a puerta; los visitantes, solo en una ocasión