AS (Pais Vasco)

Los siete errores de Luis Enrique que condenaron a España

Encorsetó a los jugadores con un sistema rígido que limitó su talento ● La lista, descompens­ada y sin un relevo para el único 9 ● Se bloqueó en los cambios

- JOAQUÍN MAROTO DOHA

Esta es la radiografí­a de un desastre. Algunas de las causas de la eliminació­n de España, que empezó el campeonato de forma extraordin­aria y recibiendo los elogios de selecciona­dores y futbolista­s de otros países por su juego ante Costa Rica, y fue eliminada por su nula capacidad para hacer un gol en 120 minutos y en una tanda de penaltis.

1 La Lista de 26.

Ningún selecciona­dor tuvo nunca antes tanto para elegir. Del Bosque ganó en Sudáfrica con una lista de 23 jugadores en la que incluyó dos delanteros de área: Torres y Llorente, que finalmente fue el jugador que marcó el gol ante Portugal cuando España tuvo que enviar balones al área. Luis Enrique, sin embargo, decidió llamar a un sólo 9 puro, Morata, y dejó en casa a los tres máximos goleadores de la Liga: Iago Aspas, Borja Iglesias y Joselu. Contra Japón terminó metiendo balones a la olla... para que los rematara Ansu Fati. Otras ausencias, como las de Canales o Sergio Ramos, también le fueron reclamadas.

2 Morata, suplente.

La consecuenc­ia de llevar un sólo hombre puro de área, Morata, terminó siendo una losa para el propio Morata. El punta del Atlético jugó a ratos y se marcha de Qatar con tres goles. Luis Enrique le negó la titularida­d porque no podía quedarse sin un goleador si los partidos se ponían cuesta arriba. Resultado: Morata suplente. De haber tenido un reemplazo, como cualquiera de los tres primeros goleadores nacionales que se dejó en España, Morata habría sido titular. Pero España se ha perdido en la horizontal­idad porque no ha tenido gol y su mejor rematador ha sido suplente. 3

El lío con el 2. En la lista sólo había un 9, pero aparecían dos laterales derechos, Azpilicuet­a y Carvajal, y un tercero asimilado, Marcos Llorente, que fue el que terminó jugando el partido decisivo contra Marruecos. No es muy comprensib­le que Luis Enrique lleve especialis­tas para una posición y ponga a un tercero que no lo es, aunque pueda jugar ahí. Por poder, todos podrían jugar de casi todo, pero no es lo más acertado. Con ese cambio, además, resta confianza tanto a Carvajal como a Azpilicuet­a, aunque el navarro llegó al último partido con molestias físicas.

4 El barullo con el 5.

Si los laterales no han tenido confianza, ¿qué se puede decir de los centrales? Se trajo a cuatro jugadores para esa posición y terminó jugando ahí con Rodrigo, un pivote. Rodrigo ha hecho un buen Mundial, pero a cambio de hacer un sacrificio del que también sale perjudicad­o Busquets, que ante la falta de reemplazo acabó fundido. Ahí podría haber jugado Guillamón, pero llegó a Qatar

recuperánd­ose de un esguince de rodilla, que ésa es otra, y no ha jugado ni un minuto en todo el Mundial.

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Cambios a capricho. En general, la dirección técnica de la Selección no parece llevar una línea concreta, sino que más bien parece responder al capricho del selecciona­dor. Los cambios en los partidos, igual. La mejor prueba la sustitució­n del mejor jugador de España, Gavi, justo cuando el partido más le necesitaba. Pero no ha sido el único hecho reseñable. El reparto de minutos en el lateral izquierdo, con Balde y Jordi Alba, uno de los mejores en el torneo, tampoco tiene una explicació­n razonable.

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Unai Simón se vio obligado a tomar riesgos con el juego de pies, que no es su fuerte. Por no dar un pelotazo nos metió Japón el gol con el que inició la remontada. Luis Enrique se molesta cuando le preguntan por esta cuestión,

El Pelotazo.

pero ha sido, claramente, el talón de Aquiles de España, amén de los penaltis. El discurso del selecciona­dor, además, no se correspond­e con el de los futbolista­s. Alguno ha reconocido en privado que en más de una ocasión le hubiera gustado evitar riesgos con un pelotazo, pero no se atrevió.

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Sin plan B. El traje de Luis Enrique para la Selección es siempre el mismo. No hay variedad. Y según avanzaban los minutos, los rivales ibán cogiéndole la medida. Ante esto pasó lo inevitable: España se ha perdido en un mar de pases horizontal­es que terminaban en ninguna parte. Según el selecciona­dor, que sacó pecho tras la goleada ante Costa Rica (el peor rival de España en la historia de la Copa del Mundo) la Selección nunca tuvo un problema de gol. España se marcha eliminada en octavos de final del Mundial con dos goles en los siguientes tres partidos al del debut.

Ataque España cayó con tres mil pases inútiles, como en Rusia 2018

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Los jugadores de España, desolados, al término de la tanda de penaltis contra Marruecos. Luis Enrique trata de consolar a alguno de ellos.
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