Thiago Silva, de descarte en París a jefe en Qatar
Con 38 años vive uno de los mejores momentos de su carrera y sueña con un broche de oro
■ Tiene 38 años, pero Thiago Silva juega como si acabara de cumplir los 25. El central está rozando la perfección en el Mundial (su dupla con Marquinhos es un muro), después de que hace no mucho su retirada pareciera cerca. Brasil ha encajado dos goles en todo el torneo, contra Camerún sin él en el campo y ante Corea.
De aquel central que tenía la etiqueta de ‘blandito’... ya no hay rastro. Thiago Silva, con 38 años, ha tenido una ascensión fulgurante en dos años.
En agosto de 2020, Leonardo le comunicó que no iba a renovarlo; parecía el fin, pero el Chelsea lo fichó. La llegada de Tuchel, con el que había coincidido en París meses antes, fue clave para que recuperara su mejor nivel. No solo se erigió como un mariscal en el eje de la zaga, sino que ganó la Copa de Europa. De la amargura de París, a la gloria en Londres. Y ahora, quiere poner el broche a su carrera con la consecución del Mundial. En 2014 no estuvo presente en el Mineirazo de Alemania por acumulación de tarjetas y en 2018, después de una temporada complicada por las lesiones, no llegó en su plenitud física. Pero el presente es diferente. Y sus números en Qatar lo ponen de manifiesto. Acumula un 93% de acierto en pases, roza el 70% en largos y tiene un 67% en duelos ganados. Sin rastro de lesiones, es feliz.
“No sé si estoy en el mejor momento físico de mi carrera, pero mentalmente... sin duda. Es muy fácil jugar con Marquinhos. Nos conocemos desde hace mucho tiempo y es un lujo tenerle al lado; está siempre bien colocado y me ayuda mucho”, reconocía, con una
sonrisa de oreja a oreja, a AS en la zona mixta del 974 Stadium. Todo, tras haber goleado a Corea y firmado el billete a cuartos de final. Junto a Marquinhos, capitán del PSG con el que jugó muchos partidos en la capital francesa, forma una de las mejores parejas –si no la mejor– de centrales de todo el Mundial. Quiere el trofeo. El descarte de Leonardo, vuelve a sonreír.