AS (Pais Vasco)

El hambre de Djokovic

El serbio encara el curso 2023 pletórico ● “Ganar en Turín me demostró que soy capaz de jugar al máximo nivel”

- NACHO ALBARRÁN / MARBELLA

Sonriente y bastante fresco después de una temporada 2022 que no ha sido excesivame­nte exigente para él, porque solo ha jugado 12 torneos y 49 partidos (“No estoy cansado”, asegura), Novak Djokovic habló ayer sobre sus expectativ­as para el próximo curso, que para él empezará oficialmen­te en el ATP 250 de Adelaida, antes del Open de Australia, el major al que regresa tras perderse la edición de este año por su negativa a vacunarse contra la COVID. “Mis ambiciones son las más grandes. Puedo ser menos humilde ahora cuando hablo de mis objetivos”, dijo el serbio en la presentaci­ón de las zapatillas Asics que usará a partir de ahora, en un evento celebrado en el resort Puente Romano de Marbella, en el que estuvieron presentes también Harriet Dart, Corentin Moutet, Jasmine Paolini y la vigente campeona del abierto australian­o júnior, Petra Marcinko, además de Álex Corretja.

“Siento que he sido muy afortunado a lo largo de mi carrera por poder conseguir muchas cosas y hacerme con los trofeos más grandes en este deporte. Y ganar en Turín me demostró que todavía soy capaz de conquistar los torneos más importante­s y jugar contra los mejores jugadores del mundo al nivel más alto”, apunta Djokovic, cuya ambición no tiene límites. “Eso me permite seguir soñando en grande. Básicament­e, cada torneo que juego quiero ganarlo. No es ningún secreto que mi gran objetivo son los Grand Slams. Y después los Masters 1.000 y las Finals. También adoro jugar para mi país, en la Copa Davis, ahora ya no podrá ser en la ATP Cup. Me despierta las emociones más bonitas”.

Por encima de lo estrictame­nte profesiona­l, de la competició­n pura y dura, Djokovic tiene un deseo para 2023 en adelante: “El objetivo principal para el año que viene y los que vengan, qué no sé cuantos serán, es seguir sano y poder jugar al máximo nivel. Porque no me veo jugando profesiona­lmente al tenis sin ser capaz de ser uno de los candidatos o favoritos a ganar un Grand Slam (de momento, suma 21), sin estar en lo más alto del deporte mundial”.

A Djokovic solo le vale ser el mejor o, al menos, pelear por ello: “No me veo siendo el 25º, jugando a un nivel medio-alto. Quiero jugar siempre al más alto nivel. Eso es lo que yo mismo me demando y lo que le exijo a mi equipo, al mismo tiempo que ellos me lo exigen a mí”. Para lograrlo, trabaja “tan duro como cualquiera, probableme­nte más que nadie en el circuito”. “Porque sé que ahora tengo 35 años y necesito adaptarme a las diferencia­s de edad y ponerme al día con los más jóvenes, que están extra motivados y son duros. Pero sigo ahí y me siento tan joven como ellos”.

Novak explicó cuáles son, a su juicio, las claves de su éxito: “El principal factor es la dedicación, al margen de la pasión y el amor por el tenis. El deporte profesiona­l es exigente de diferentes maneras. Y hay que vivir por él todos los días para conseguir lo máximo y mantenerse ahí. Debes intentar dar todo lo que se requiere para ser el mejor del mundo”.

Exigente “No me veo jugando sin ser favorito en los Grand Slams”, dice Novak

 ?? ?? Novak Djokovic, con su esposa, Jelena, en lo alto del Pico de la Concha, en la Sierra Blanca, enfrente del resort Puente Romano de Marbella
Novak Djokovic, con su esposa, Jelena, en lo alto del Pico de la Concha, en la Sierra Blanca, enfrente del resort Puente Romano de Marbella
 ?? ?? Djokovic, en Puente Romano.
Djokovic, en Puente Romano.

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