Los fondos de inversión que detalla el técnico están prohibidos
La propiedad de los derechos federativos de futbolistas por parte de terceros ha sido una práctica habitual en mundo del fútbol en los últimos años. El procedimiento es sencillo. Un grupo de inversión compra una parte de los derechos del jugador por una cantidad determinada con el objetivo de que ese precio se revalorice en el futuro. De esta forma, se llevan la parte correspondiente a su participación en una futura venta. Si, por ejemplo, un grupo compra el 50% de un futbolista que vale dos millones por un millón y luego el jugador es vendido por 10 se lleva cinco, mientras que los otros cinco restantes se los queda el club al que pertenece la otra mitad El caso en ocasiones es incluso más complejo, ya que algunos futbolistas poseen parte de sus derechos.
Sin embargo, esta práctica, aunque común durante años, es ilegal. En 2015, Michel Platini, entonces presidente de la UEFA, lo calificó como una nueva forma de esclavitud. Por eso, desde mayo de ese año existe un artículo de la FIFA que prohíbe su uso. En Inglaterra, mientras, su prohibición se remonta a 2008. La FA decidió acabar con ello tras los polémicos fichajes de Tévez y Mascherano por el West Ham, ya que se consideraba que la empresa MSI, propietaria de sus derechos, tenía tanto control excesivo sobre los jugadores que les privaba de su libertad.