AS (Sevilla)

Entre la flor de Zidane y la espina de James Rodríguez

- ELÍAS ISRAEL @elias_israel

El problema reconocido. La primera piedra para resolver un problema es reconocerl­o y Zidane ya lo ha hecho públicamen­te. El colombiano es el único verso suelto en ese gran grupo que ha logrado formar el técnico francés. En silencio, se siente poco útil, maltratado futbolísti­camente y, sobre todo, incomprend­ido. El Camp

Nou evidenció que no es ya ni segunda opción. Todo apunta a que su salida en el mercado invernal sería una buena solución para el futbolista y para el entrenador, pero el club no se puede permitir malvender a un fichaje de 85 millones.

Afortunado Zizou. La flor de Zidane no existe. Llegó al lugar adecuado en el momento justo. Maneja el vestuario desde la admiración que siempre proyectó como futbolista y domina el entorno como manejaba el balón. Ha convertido el Madrid convulso en una sonrisa y hasta los resultados se la devuelven, jugando bien (Calderón) mal (Sporting)o regular (Camp Nou). El tiempo dirá si es un entrenador para la historia, pero los hechos demuestran que es un grandísimo entrenador para el Real Madrid y se nota que está sabiendo disfrutar de la travesía.

Desafortun­ado Karim.

Es un delantero excelente y diferente, pero en la historia reciente del Madrid también un gran consentido. El club ha llegado a confeccion­ar una plantilla con él como único delantero, para que no tuviese competenci­a y evitar debates a su alrededor. Está claro que si el pasado verano se recuperó a Morata, en el Madrid ya vislumbrab­an lo que podría pasar. Benzema es intermiten­te y ya no demasiado fiable en los grandes partidos. Su talento no se discute y goza aún de un status muy superior a su rendimient­o actual.

Los colores y Hacienda. Los documentos de Football Leaks, publicados por El Mundo, colocan en una situación delicada a varios profesiona­les del fútbol, de momento a varios jugadores del Real Madrid, pero conviene no demonizar con los juicios paralelos. No es lo mismo delito fiscal que actas de inspección. No es delito tener una sociedad fuera de España, sino no declarar los bienes de esa sociedad en nuestro país. Tampoco es lo mismo ser imputado o investigad­o que ser culpable. Llegamos a tal histrionis­mo en el fútbol patrio que culpable es el que no lleve los colores de nuestro equipo. Ya ocurrió con Messi. Cristiano, Mourinho, Mendes, Pepe, Coentrao o Modric, por muy ricos que sean y por muchos indicios que se estén publicando, son inocentes hasta que se demuestre lo contrario. Dicho esto, máxima admiración al periodismo comprometi­do y valiente, que aguanta carros y carretas.

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