El motor Honda pudo dejar sin pole a Alonso
Fernando Alonso estrenaba un nuevo propulsor que perdió velocidad después de la primera vuelta de las cuatro en la sesión clasificatoria y aún así terminó en la quinta plaza Alonso completó más de media carrera
Abrazos y media sonrisa. Lo primero que hizo Fernando Alonso al terminar la sesión clasificatoria fue agradecer a sus mecánicos el trabajo hecho, pero a pesar de su quinto puesto, algo impresionante en un novato, el español no terminaba de sonreír del todo. Hizo menos de lo que podía. Y eso siempre deja un cierto amargor en el rostro, aunque sea pequeño o minúsculo.
Porque al piloto asturiano le tuvieron que cambiar el motor Honda de su monoplaza McLaren Andretti por unos problemas de fiabilidad y salió a la pista a hacer sus cuatro vueltas de clasificación con el propulsor sin calibrar, sin probar como a él le hubiera gustado.
Quizá fue eso lo que provocó que justo al terminar la primera vuelta notara que el coche no iba como debería, y después de esa primera, al empezar la segunda perdió potencia durante unos segundos.
El asturiano tuvo que bajar marcha para coger de nuevo velocidad y eso provocó que toda la clasificación se viera comprometida, sobre todo en la cuarta vuelta cuando bajó la velocidad de los 372,523 km/h de la tercera hasta los 372,037 km/h de la última. Para una media de 372,21 km/h finales.
“Tuve que bajar marcha, de no ser así la pole era posible”, declaró el bicampeón del mundo de F-1. Teniendo en cuenta que la pole de Scott Dixon fue de 373,631 kilómetros por hora, ese pequeño incidente con la potencia del motor Honda pudo dejar al asturiano sin su posibilidad de hacer historia en Indy 500.
Y parece que también allí Honda está afectando a la competitividad del español. Veremos en carrera. Ya solo queda una hora y media, el llamado Carb Day o día de la ¿carburación? Es decir un ratito el próximo viernes para poner el coche a punto con vistas a la carrera del domingo. Nada más. Fernando Alonso ya ha rodado todo lo posible para estar listo el día de las 500 Millas de Indianápolis. En el último ensayo de tres horas y media rodó casi más que nadie, 122 vueltas por las 124 de Jack Harvey, lo que supone algo más de media carrera, que recordemos es de 200 vueltas a ovalo. El piloto asturiano aprovechó para rodar en grupo, poner el monoplaza del equipo Andretti a su gusto, adelantar y ser adelantado, aprovechar rebufos… nada que ver con ganar velocidad. Y terminó duodécimo en una jornada en la que mandó el británico Max Chilton. Mientras, Oriol Serviá rompió el motor Honda de su coche y solo pudo da 36 vueltas. El catalán terminó decimonoveno.