Oh, Ben Yedder

Dubitativo a veces su equipo, timorato ante la meta contraria hasta que salió Ben Yedder, el sevillismo presente se comió a los más de 70.000 mancunians que llenaron Old Trafford...

Héroe. “Oh Ben Yedder, oh Ben Yedder, todos queremos que marque Ben Yedder”, dedicaron los casi 3.000 valientes sevillistas al franco-tunecino con la misma melodía que le dedicaron a otro delantero, éste eterno: Frederic Kanouté. Wissam salió, encaró y goleó: dos veces, para meter al Sevilla en cuartos de final 60 años después. Y para escribir con letras de oro su nombre en la historia del club de Nervión.

Balón de oro. Andaba algo deprimido Ben Yedder desde que Muriel, y en noches como ésta no se sabe bien por qué, le había comido la tostada. Wissam había parado el ritmo goleador de principios de campaña pero en Champions (10 goles ya) tenía y tiene números de crack, cercanos a los mejores. A comienzos de campaña, con inocencia, dijo que le gustaría ganar algún día “el Balón de Oro”. Ya lo tiene, en parte. De los sevillistas. Ahora mira también al Mundial a sabiendas que sus números están al nivel de muchos de los futbolistas que aspiran a ser llamados por Didier Deschamps para acudir a la cita de Rusia.

Olés en Old Trafford. Dubitativo a veces su equipo, timorato ante la meta contraria hasta que salió Ben Yedder, el sevillismo presente se comió a los más de 70.000 mancunians que llenaron Old Trafford. Con su himno de El Arrebato, su “Sevilla, aaaaaah” cada vez que sacaba De Gea, con sus palmas por sevillanas, con su “Oe, Sevilla eh” y por supuesto con los olés finales.

Licencia para soñar. Y así, con los ojos vidriosos de alegría por el histórico triunfo, con el orgullo inmenso de estos años hartos de viajar por Europa, duermen los sevillistas tras conquistar nada menos que el Teatro de los Sueños. A cuartos, por la puerta más grande. Y a partir de ahora, con licencia para soñar.