Bélgica y un arbitraje dudoso hunden a España
El colegiado rumano, decisivo en la derrota de los Leones en Bruselas
El sueño mundialista de España, que estaba a una victoria ante Bélgica de clasificarse para Japón 2019, quedó aplazado ayer. La actuación del árbitro rumano, Vlad Iordachescu, mermó las opciones de la Selección española e, indirectamente, metió a Rumanía en el Mundial.
El sueño mundialista de España tendrá que esperar. Así lo decidió un árbitro rumano, Vlad Iordachescu. El encargado de administrar el Bélgica- España, último partido de los Leones en el clasificatorio mundialista, no estuvo a la altura.
Protagonizó un arbitraje tremendamente parcial que acabó siendo decisivo en la derrota española. Derrota que, para más inri, mete a su país en Japón 2019 de forma directa cuando estaba más fuera que dentro tras caer precisamente ante España hace un mes en Madrid. Pero para hacer el cuadro completo de lo que sucedió en Bruselas no valdría quedarse en el tendencioso Vlad. Porque el XV del León tampoco supo encontrar la manera de sortear los elementos en contra, un campo estrecho y un frío polar además del árbitro. No apareció ni su dinamismo en el juego abierto, ni la capacidad evasiva de sus tres cuartos ni la movilidad de sus terceras. Sí el placaje, lo único que Iordachescu no podía castigar. Para siempre quedará la duda de si los belgas, que son un equipo muy competente pero ayer contaron con la venia del juez de la contienda para ensuciar a su antojo los puntos de encuentro, habrían sido mejores en igualdad de condiciones.
El caso es que no las hubo, y los Diablos Negros aprovecharon cada decisión a su favor para convertirla en puntos ( Hart estuvo prácticamente inmaculado al pateo con 6 de 7) y llegar al descanso 12- 0 arriba. A España sólo le quedaba desconectarse de lo que no podía controlar, el arbitraje, y salir en tromba en la segunda parte.
Y así lo hizo, pero una y otra vez le cortaron las alas. De nada sirvió que Gibouin reavivara el sueño con un ensayo a falta de 10’ para el final, ni que Peluchon lo convirtiera y acto seguido dejara a España a tiro de ensayo pasando también un golpe de castigo. Los Leones recibieron la almendra con posesión para completar una remontada que habría sido épica. Pero el rumano volvió a llevarse el silbato a la boca para anunciar que la posesión retornaba a manos belgas y que no era el día de que España volviese a un Mundial. Minutos después, terminado el partido, sufrió una persecución por parte de los jugadores españoles que dejó imágenes tristes para el rugby y para un equipo hasta ahora impecable en ese aspecto. España no irá al Mundial de Japón por la vía rápida, pero aún está en su horizonte.
Reacción España lo intentó en la segunda parte, pero le cortaron las alas